Así como miles de fieles inundaron las calles del Centro de Lima durante el segundo recorrido procesional de la imagen del Señor de los Milagros, decenas de vendedores ambulantes hicieron lo mismo y se apoderaron de la avenida Abancay.
Carretillas que ofrecían hígado frito, piña en rodajas, helados, pop corn, globos con helio y las infaltables estampitas con la imagen del Cristo Moreno, eran ofrecidas a los asistentes a la procesión, quienes rodeaban los puestos en busca de algo que pueda saciar el hambre y la sed tras las largas horas de caminata.
Por otro lado, el Congreso de la República no se quedó atrás y al igual que el Palacio de Gobierno y la Municipalidad de Lima, le rindió homenaje al Cristo de Pachacamilla frente a la sede del Legislativo, el cual fue encabezado por el primer vicepresidente del Legislativo, Modesto Julca.
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