Carlos Viguria
@cviguria
El periodo de violencia terrorista que afectó a nuestro país es como una cicatriz en nuestra historia que muchos ciudadanos saben cómo la obtuvieron, pero otros tantos no saben cómo apareció. Este es el caso de una gran cantidad de jóvenes, incluso adultos. Ello en cuenta, la existencia del Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM) es esencial para conocer los eventos que causaron la muerte de 69,280 peruanos, la respuesta por parte del gobierno, las Fuerzas Armadas y movimientos ciudadanos y las consecuencias que generaron.
En un recorrido por tres pisos, los asistentes podrán reflexionar sobre lo ocurrido en el país y rechazar las ideologías violentas de Sendero Luminoso y el MRTA, la violación de los derechos humanos y entender el valor de la democracia y el Estado de derecho.
POR LA MEMORIA
Una de las principales exposición es Desaparecidos, una instalación a oscuras donde solo se escuchan los testimonios de quienes perdieron a un familiar víctima de desaparición forzada. En un cofre, se encuentran pequeños cuadernos que contienen imágenes de un desaparecido donde se representa la vida que nunca retomó. Al salir de esta sección queda una sensación de vacío pues resulta inevitable pensar que le pudo suceder a cualquiera de nosotros.
Otra sección relevante es Un pueblo, muchos pueblos a cargo del cineasta Héctor Gálvez. Explica los atentados en los pueblos de Putis y Uchuraccay (Ayacucho) y Puerto Bermúdez y Puerto Ocopa (Junín) y cómo estos pueblos han logrado recuperarse de la tragedia.
Gálvez opina que el LUM es importante porque “sirve para acercarse y conocer un poco más sobre lo que vivió el país en esos años”.
Un testimonio importante que muestra la trascendencia del LUM fue dado por Luz Yangali a Perú21. Su padre, Víctor Yangali, entonces alcalde de Huanta, y su madre, fueron asesinados por Sendero Luminoso en la puerta de su hogar, en 1987. Ella comenta, con la voz entrecortada por el recuerdo, que el museo es importante porque permite a las personas enterarse de lo que ocurrió en el país. Empero, manifestó su rechazo a que se le haya dado un espacio en la muestra a alguien cuyos padres fueron terroristas. No precisó a qué caso se refería.
Por su parte, Cirila Pulido, sobreviviente de la masacre de Accomarca, opina que el LUM permite que los jóvenes “conozcan sobre el conflicto armado en el Perú” y qué pasó. Ella cuenta que su madre y su hermano de ocho meses fueron asesinados por el Ejército en 1985.
Owan Lay, director del LUM, considera que la muestra es un espacio para la reflexión crítica sobre nuestra posición en la sociedad. Así, se puede entender nuestro pasado y presente y tener una posición de cara al futuro.
A través de videos con testimonios, infografías, recortes periodísticos, fotografías e instalaciones de arte, el LUM se convierte en un punto de partida necesario para conocer lo que ocurrió en el Perú. Una herida que no debe repetirse. Para nunca más olvidar.
¿SABÍAS QUÉ?
*El LUM está abierto de martes a domingo de 10 a.m. a 6 p.m. Su dirección es Bajada San Martín 151, Miraflores (Al costado del complejo deportivo Niño Héroe Manuel Bonilla). La entrada peatonal es en la Av. El Ejército). Ingreso gratuito.
*El LUM ofrece también exposiciones temporales, un centro de documentación e investigación y actividades culturales.
*El museo cuenta con aportes como el de la artista Raura Oblitas.
(carlos.viguria@peru21.com)
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