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Cecilia Tait: "Cenaida Uribe no tenía trabajo y yo la traje"

Tras denunciar la interceptación de su teléfono, congresista dijo que nunca imaginó que la ambición de poder de su colega le iba a ocasionar tantos inconvenientes.

Cecilia Tait denunció ayer que su teléfono móvil fue interceptado.  (Luis Gonzales)
Cecilia Tait denunció ayer que su teléfono móvil fue interceptado. (Luis Gonzales)

Cecilia Tait,Congresista
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Cenaida Uribe y Cecilia Tait pertenecieron a la selección de vóley que nos llevó a un subcampeonato mundial y a una medalla de plata en las Olimpiadas de Seúl 88. Hoy, que ambas son congresistas, su amistad está hecha añicos. Ayer, Cenaida Uribe pidió a su excompañera que la deje tranquila y se ponga a trabajar, y mostró unos mensajes por WhatsApp que demostrarían que la persigue. Aquí la respuesta de Cecilia Tait.

Cenaida Uribe le acusa de perseguirla…
No. Yo solo he hecho mi trabajo. Antes de hacer pública alguna denuncia, verifico. Me llegó una denuncia que decía que no solo había un contrato de paneles (de Punto Visual) con el colegio Alfonso Ugarte, sino también con estadios y coliseos. Entonces, envié a mi personal a averiguar.

Uribe mostró ayer una conversación de usted por WhatsApp con una de sus asistentas. Dice que usted está obsesionada con ella…
Lo sucedido es un acto ilegal. Dice que me dedique a trabajar; quizás ella ha encontrado otro tipo de trabajo, un nuevo negocio: de los paneles pasó a la interceptación telefónica.

¿Tomará acciones legales?
Sería ideal que yo pudiera denunciar esto ante la Comisión de Ética, pero ya no existe: tendré que esperar a que se vuelva a instalar. Estoy conversando con mi abogado para ver qué medidas tomamos. La Ley 30096, en su artículo 7, señala que la interceptación telefónica está penada, es un delito. Y el Código Penal establece una pena de cárcel que va entre los dos y los seis años.

Reconoce que los mensajes son suyos…
Sí, son míos, pero son parte de mi trabajo. Lo peligroso es cómo se enteran de mis conversaciones. Esto es una violación del secreto de las comunicaciones.

¿Cenaida Uribe debe aclarar cómo obtuvo su conversación por WhatsApp?
No seré yo quien vea eso. Habrá quienes se pronunciarán sobre el tema legal. Una persona que a la ligera muestra unos mensajes por WhatsApp –que no niego, porque estoy haciendo mi trabajo– es peligrosa. No tengo nada que conversar con alguien que mostró información personal.

¿Tiene sospechas de cómo obtuvo la conversación?
Eso lo determinarán los especialistas. Lo que me da pena es que yo traje a Cenaida al Congreso. Ella no tenía trabajo y la tomé; que ella haya ido por otro camino escapa a mi responsabilidad. Nunca imaginé que su ambición de poder le iba a ocasionar tantos inconvenientes.

¿Tiene alguna animadversión personal contra ella?
No. No tengo nada personal con ningún colega, pero si los acusan de algo, debo estar informada. Cuando se acusó a otros congresistas –Modesto Julca, Rennán Espinoza, Carmen Omonte– hice lo mismo: investigar, informarme y, después, tomar una decisión. Yo no circunscribo mis acciones a una sola persona. El tema es el siguiente: a las voleibolistas la ciudadanía nos puso en el Congreso por todo lo que ganamos y porque, se supone, éramos diferentes de los políticos. ¿Hoy acaso somos distintos? No, las pruebas dicen lo contrario.

¿Cenaida Uribe cometió alguna falta ética?
Por supuesto. Si su novio, amante, enamorado o amigo es dueño de Punto Visual, ¿es ético que no diga en qué situación civil se encuentra? Por ser congresista, uno es una persona pública, lo privado desaparece. Además, el solo hecho de ir a un colegio y reunirse en privado con el director crea una duda y resulta una falta ética. Si ella habló de los paneles o no, ese es otro tema. Acá ha habido conflicto de intereses, un manejo inadecuado de la ética. Recordemos que antes, en el gobierno del Apra, ya siendo congresista y perteneciendo a la Comisión de Educación, trabajó en esa universidad (la San Martín) y recibía un sueldo, y su jefe era el por entonces ministro de Educación y hoy rector de esa universidad (José Chang). Entonces, ¿acaso iba a fiscalizar a su jefe?

¿Cenaida Uribe se cree “la primera dama del deporte”?
Sí, yo dije eso.

Y también dijo que estaba ebria de poder…
No quiero enfocarme en lo personal, pero mis afirmaciones de antes las mantengo. La resaca del poder es muy dura. Yo fui oficialista, pero nunca hice lobby; no tengo otros ingresos que los del Congreso y los de mis actividades privadas, pero no tengo un patrimonio como el que ella tiene, como el que acumuló en los últimos años. Sería bueno que eso se revise. Si esto fuera un partido de vóley, diría que ella bloquea todos mis esfuerzos legislativos. La consigna es boicotear todos los proyectos de la Tait. Desde la repartija quieren tenerme en el piso. Creen que si no aprueban uno de mis proyectos, me perjudican, y no se dan cuenta de que perjudican al país.

¿Qué piensa del voto de Mulder para blindar a Uribe?
Yo sé que se frecuentan (se refiere a Mauricio Mulder y Alberto Luis de Azambuja, gerente de Punto Visual y presunta pareja de Cenaida Uribe), que va a reuniones con su esposa. Por eso, el accionar de Mulder, siendo un congresista tan experimentado, me ha llamado la atención.

AUTOFICHA

- Lo gané todo en el vóley, no compito con nadie y no tengo nada que demostrar. He sido elegida congresista y represento a los peruanos… incluso a Cenaida Uribe.

- Es increíble que todos los que conocen a personajes involucrados en estos asuntos nieguen su amistad. Sé que Mulder y Azambuja se conocen.

- Soy una persona difícil, lo acepto. He sido elegida para darles voz a quienes no la tienen y me voy a dedicar a ello. Ya me embriagué de fama y pagué las consecuencias.


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