“Señora, ¿no? Bueno señorita, muy bien. Sí, porque las vírgenes han pasado muchas Navidades, pero ninguna Noche Buena”. “A mí me enseñó una cosa mi madre: las mujeres después de ser chismosas, son mentirosas”. “Yo creo que ella tiene buenos pechos, ah, está bien estructurada”. “Para la Cortesana Todopoderosa todo es posible”. Las frases que acaban de leer no corresponden a publicaciones de páginas en Facebook tales como ‘Macho Peruano que se Respeta’ o ‘Dilo sin Roche’, tampoco a un grupo de WhatsApp de compañeros de promoción de colegio de hombres donde se comparten calatas y videos porno, mucho menos son citas de conversaciones de amigos que se juntan en la esquina a hacer hora. No, todo ha sido dicho por nuestros padres de la patria, Edwin Donayre, Humberto Morales, Rolando Reátegui y Roberto Vieira, respectivamente, refiriéndose sin ningún pudor y con ese lenguaje arrabalero, machista y misógino a congresistas y a funcionarias públicas que discrepan de ellos. Qué podemos esperar en materia de defensa de los derechos de la mujer si nuestros representantes ante el Poder Legislativo piensan de esta manera.