No tenía piedad ni de su misma gente. Según reveló el testigo identificado con la clave 201-201, el cabecilla senderista Florindo Flores, ‘Artemio’, ordenó el aniquilamiento de dos de sus camaradas al acusarlos de ‘soplones’.
Un grupo de pobladores del Alto Huallaga, infiltrados por la Policía en las huestes del senderista Florindo Eleuterio Flores, ‘Artemio’, fue el que posibilitó la captura del cabecilla terrorista, en febrero del año 2012.
Alfredo Crespo, abogado de Abimael Guzmán y Florindo Flores ‘Artemio’, reiteró que hay una persecución política del Estado contra sus patrocinados.