23.NOV Sábado, 2024
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José Ávila Chauca

Cambian los videojuegos por las pistolas y su inocencia por una escalofriante sangre fría para matar. Así, menores de entre 15 y 17 años son capaces de cometer los más atroces asesinatos por encargo y de esto se aprovechan las organizaciones criminales. La utilización de sicarios juveniles se ha extendido en el país en forma alarmante y prueba de ello es que más de 150 adolescentes están presos por homicidio.

Cambian los videojuegos por las pistolas y su inocencia por una escalofriante sangre fría para matar. Así, menores de entre 15 y 17 años son capaces de cometer los más atroces asesinatos por encargo y de esto se aprovechan las organizaciones criminales. La utilización de sicarios juveniles se ha extendido en el país en forma alarmante y prueba de ello es que más de 150 adolescentes están presos por homicidio.

Nacido para matar. Tenía apenas 11 años cuando su rebeldía ya se dejaba notar. Tras el abandono de sus padres, se refugió en lo único que tenía: la calle. Así, no pasó mucho tiempo para que se convirtiera en el más adiestrado alumno de su tío –un sanguinario extorsionador– y, poco después, ya era un experto en el manejo de armas.

Nacido para matar. Tenía apenas 11 años cuando su rebeldía ya se dejaba notar. Tras el abandono de sus padres, se refugió en lo único que tenía: la calle. Así, no pasó mucho tiempo para que se convirtiera en el más adiestrado alumno de su tío –un sanguinario extorsionador– y, poco después, ya era un experto en el manejo de armas.