El sonido que aturde se pierde en la lejanía. Desaparece en la siguiente curva y se despide para inmediatamente volver. No podías girar, no podías cerrar los ojos porque te lo perdías. Por un momento te imaginaste en el Gran Premio de Mónaco y fuiste feliz. Todo eso generó el RB7 del Team Red Bull Racing, que estampó su huella en el asfalto del Paseo de los Héroes Navales, en el Cercado de Lima, ante miles de espectadores.