La semana pasada, hubo una noticia relacionada al sexo que fue muy curiosa: el vínculo entre ‘selfies’ y la falta de sexo.
PREGUNTE Para averiguar lo que la pareja quiere, no quiere, desea, aborrece, en fin, no hay mejor camino que preguntar directamente. Así de fácil, sin complicarse. Con cariño, pero sin rodeos, es posible obtener información vital para enriquecer la vida íntima. No tiene sentido guardar silencio ni dejarse vencer por el tabú la vergüenza. Muchas parejas pueden pasarse años sin hablar de sexualidad, lo cual, tarde o temprano, origina desencuentros.
¿Por qué unas personas pueden tener sueños eróticos y otras no? Tal vez, la respuesta estaría en las poses que uno adopta a la hora de dormir. Según la sexóloga Laura Berman, hay métodos que facilitarían la llegada de sueños con contenido sexual. Berman señala que, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Dreaming, las personas que duermen boca abajo tienen más chances de tener sueños eróticos que aquellas que no lo hacen. La explicación: en esta postura, los órganos sexuales reciben una mayor presión, lo cual influiría en el proceso onírico. Habría que probarlo, ¿verdad? En tal sentido, la especialista sugiere algunas pautas interesantes. Por ejemplo, dormir en un ambiente sexy (un par de ideas: no usar pijama, dormir abrazado a la pareja). Otro consejo consiste en irse a dormir pensando y haciendo cosas sexuales (en vez de recordar lo difícil que fue el día, dedique tiempo a besar a su pareja, acariciarla, pensar en fantasías). Finalmente, Berman aconseja apagar todo antes de dormir, desde el televisor hasta la computadora. Dulces sueños.
La práctica hace al maestro, dice el dicho. Sin embargo, esto ocurre solo si cada sesión amatoria es vista como una oportunidad no solo para disfrutar, sino también para aprender e innovar. Es decir, si usted, lector, solo ensaya la prueba del misionero y llega al orgasmo en dos minutos cada vez que tiene sexo con su pareja, ¿dónde está el aprendizaje? Si usted, lectora, solo se dedica a echarse sobre la cama y deja que el compañero haga todo el trabajo, ¿la convierte en una experta? La falta de creatividad, por más que tengan sexo todos los días, deriva en un estado de insatisfacción que puede crear tensiones innecesarias dentro y fuera de la cama. ¿Qué hacer? Simple: priorizar la calidad sobre la cantidad. Ojo, no estamos sugiriendo que se entregue al sexo tántrico, pero sí es importante reflexionar acerca del tipo de amante que uno es. En tal sentido, es importante dialogar con la pareja a fin de obtener un feedback sincero. La idea es que ambos gocen plenamente y, juntos, sean mejores amantes.
Que la aprobación de Truvada, el medicamento contra el VIH, no lo confunda, estimado lector. Si bien la FDA de Estados Unidos ha dado un paso importante en cuanto a la lucha contra este virus, lo cierto es que el consumo del mencionado fármaco debe ajustarse a ciertas condiciones clínicas. No es una vacuna, tampoco una cura, por lo que el riesgo de contraer la enfermedad es considerable. El punto de todo esto es que aún resulta necesario emplear métodos de protección de barrera. Tanto el condón masculino como el condón femenino siguen siendo las mejores alternativas para evitar, además del embarazo, el contagio de las principales infecciones de transmisión sexual. Expresiones como “no se siente igual” o “me quita sensibilidad” no tienen fundamento científico. De hecho, un estudio reciente de la Universidad de Indiana ha determinado que lo que disminuye el goce durante el coito con preservativo no es el látex, sino factores de orden psicológico. Es decir, no hay excusa para no ‘ponerse el sombrero’.
Una de las grandes utopías del sexo consiste en que la pareja consiga el clímax de manera simultánea. Hay quienes, incluso, se sienten frustrados por no lograrlo. Sin embargo, ¿es realmente necesario lograr esta casi mítica proeza? No. Si bien esta experiencia puede ser realmente excitante para parejas con mucha paciencia y ganas de explorar sus límites, la verdad es que, en la práctica, lo más importante es que ambos disfruten el orgasmo. La consigna es simple: no importa quién llega primero, lo ideal es que los dos lleguen. En tal sentido, los esfuerzos en la cama deberían enfocarse en ofrecer el máximo placer al ser amado. Eso sí debería ser una meta para cualquier amante, teniendo en cuenta que muchos hombres solo se preocupan en obtener su propio orgasmo y se olvidan de sus compañeras. Ojo, la sexualidad no debe medirse según el número de orgasmos que uno siente o brinda, pero hay que ser honestos: ¿no es el orgasmo uno de los placeres más intensos que puede experimentar el ser humano?
Si alguien cree que una persona mayor de 40 años no puede tener una vida sexual tan plena como a los 20 o 30, se equivoca. Es cierto que hay factores biológicos que transforman la capacidad sexual a medida que pasan los años, pero eso no significa que uno deba cruzarse de brazos y dejar de hacer el amor. Situaciones como la menopausia, la disfunción eréctil o determinadas enfermedades crónicas parecen serios obstáculos que van a llevar al apocalipsis sexual, pero no es así. Es cuestión de adaptarse. Por ejemplo, después de la menopausia, la lubricación vaginal disminuye considerablemente. Solución: usar productos lubricantes. Asimismo, hay que hombres que ya no pueden llegar al “tres al hilo” como en sus años mozos. Solución: hacer que el “primer round” sea memorable. Además, con la edad se aprende que la penetración no es lo más importante, lo cual motiva al amante senior a enfocarse en otros aspectos de la sexualidad: la estimulación oral, las caricias, el sentido del humor, en fin. Hay que acomodarse.
No todos los seres humanos son grandes amantes por naturaleza. En realidad, dar placer depende de un aprendizaje teórico y práctico. Empecemos con Sexualmente tímida: Guía del buen sexo para las mujeres inhibidas, de Charlotte Kane. Esta publicación es ideal para aquellas mujeres que quieren disfrutar el sexo pero aún no saben cómo exactamente. Por cierto, la misma autora ha escrito Máquina sexual: Guía para el hombre que realmente quiere complacer a una mujer, un material que realmente contiene lo que promete. El libro ofrece información precisa para empezar a liberarse y expander los terrenos del placer. Otro material muy útil para los varones es Yo amo el orgasmo femenino, de Dorian Slot y Marshall Miller. Ofrece todo lo que tiene que saber sobre el orgasmo de las mujeres, pero, sobre todo, cómo conseguirlo. Finalmente, Sexo oral que él nunca olvidará, obra de la sexóloga Sonia Borg, brinda más de 50 técnicas distintas para que la mujer le realice un sexo oral inolvidable a su pareja, como bien indica el título.