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Universidad de Utah

EFE Dos científicos de la Universidad de Utah, quienes ya han propuesto la idea de que la lucha puede haber moldeado la mano humana, dicen ahora que el rostro masculino evolucionó para reducir el efecto de los puñetazos.

Científicos de la Universidad de Utah realizaron un experimento para analizar la fuerza y aceleración empleada cuando se golpea un saco de boxeo. Según un informe de BBC Mundo, los investigadores corroboraron que golpear con el puño es lo óptimo debido a que la fuerza se concentra mejor en falanges y nudillos, produciendo así un mayor daño al oponente.

Científicos de la Universidad de Utah realizaron un experimento para analizar la fuerza y aceleración empleada cuando se golpea un saco de boxeo. Según un informe de BBC Mundo, los investigadores corroboraron que golpear con el puño es lo óptimo debido a que la fuerza se concentra mejor en falanges y nudillos, produciendo así un mayor daño al oponente. De esto se desprende que las manos del ser humano no solo han servido para la manipulación de objetos (característica que nos diferencia de otros primates), sino también como arma. Sin embargo, David Carrier, uno de los responsables del estudio mencionado, considera que la ciencia aún no le ha dedicado mucha atención a la influencia de la agresividad en la evolución de la humanidad. Debería hacerlo.