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Zonas erógenas

(CNNMéxico) ¿Sabes cuáles son las partes más sensibles en el cuerpo de la mujer? Un estudio elaborado por científicos canadienses señala cuáles son las zonas erógenas en el cuerpo femenino.

26/06/13 |

Sexy Tips

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Las alternativas a la hora de jugar en la intimidad no tienen límites. Desde poses peculiares hasta artefactos cada vez más sofisticados, las parejas prueban de todo para experimentar. En tal sentido, hay que mencionar algo interesante: la comida. En Internet, seguramente, encontrará artículos que hablan sobre el uso de alimentos como parte de los juegos previos. Digamos, convertir la espalda del ser amado en una tabla para poner sushi o bañar las zonas erógenas con fudge y crema chantilly y pensar que se trata de postres. En teoría, suena divertido. Sin embargo, llevarlo a la práctica no es precisamente glamoroso. No nos referimos solo al hecho de tener que lavar las sábanas después del encuentro, sino de aspectos vinculados a la salud. De hecho, hay que tener cuidado cuando la comida entre en contacto con el cuerpo, sobre todo cuando hablamos de genitales. En el caso de la mujer, especialmente, esto puede ocasionar algún tipo de complicación, desde irritaciones hasta infecciones urinarias. Es preferible no jugar con comida en estas áreas.

El sexo no solo es un mecanismo para obtener placer. Es también una forma de brindarlo. Esta labor requiere, entonces, conocer el cuerpo del ser amado. Se le debe explorar para descubrir cómo estimular apropiadamente los puntos del placer.

El sexo no solo es un mecanismo para obtener placer. Es también una forma de brindarlo. Esta labor requiere, entonces, conocer el cuerpo del ser amado. Se le debe explorar para descubrir cómo estimular apropiadamente los puntos del placer. “Conocer el cuerpo de una mujer es una tarea tan lenta y tan encomiable como aprender una lengua muerta”, escribió Julio Ramón Ribeyro en Prosas apátridas. En general, tanto el cuerpo del hombre como el de la mujer son terrenos cuya exploración requiere tiempo, ganas y hasta puede ser “encomiable”, como dice Ribey-ro, pero, sobre todo, se necesitan herramientas.