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Opinión

Busquemos pistas, las cuales deben ser el verdadero interés del investigador. El reciente golpe de Estado en Turquía dejó, hasta ahora, más de 200 muertos. Un ala militar laica, es decir que propone una sociedad no regulada por lo religioso, dio un golpe de Estado, considerando que el actual presidente Erdogan está fuertemente influido por los fundamentalistas Hermanos Musulmanes y que, además, manipula la democracia para concentrar el poder absoluto. Este último es un procedimiento archiconocido en América Latina con el socialismo de siglo XXI. La sublevación militar se consideró triunfante, pero de pronto apareció Erdogan por FaceTime, dio un discurso mesiánico y el pueblo salió a las calles a apoyarlo. Erdogan alegó que el golpe era contra “el pueblo” y contra “la patria”. No dijo que era contra él. Utilizó la fórmula fascista/comunista donde el líder es el pueblo, es la historia, es el Estado y es la patria. Propongo otra pista: fue un golpe muy desprolijo a pesar de que existen manuales de golpes militares, incluso en la web. No descarto que fue un golpe montado por Erdogan donde militares verdaderamente laicos fueron seducidos para que, una vez sofocado, fortalezca al caudillo y este se deshaga de estos militares molestos. Recordemos la coartada del incendio del Reichstag que le permitió a Hitler multiplicar sus acciones represivas; también tiene mucho del golpe contra Chávez, el 2004, del que salió muy fortalecido y cuya verosimilitud todavía está en discusión. Ahora, haya sido un verdadero golpe o una instrumentalización conspirativa, Erdogan salió más fuerte. Y esto hace de Turquía un país más peligroso para el mundo libre.


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