24.ABR Miércoles, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
Clasificados
Opinión

“Los agentes económicos, locales e internacionales, están preocupados y requieren acciones y pronósticos de reformas”.

Hizo bien el ministro Thorne presentando la “cuestión de confianza” ante el Congreso de la República. Como muy bien ha señalado, no es posible cumplir con su encargo sin la confianza de la representación nacional y, por ello, era imprescindible terminar este episodio cuanto antes.

Dicho esto, lo más probable (nada está dicho hasta que no está dicho, como bien dicen) es que el Congreso acepte votar la cuestión de confianza y que la misma sea rechazada. Si ello es así, la renuncia del ministro y la designación de otro deberá producirse durante la semana, con lo cual regresamos a cierta estabilidad institucional. Digo “cierta” porque este es un golpe duro para una institución otrora invencible.

Asumiendo que el recambio ministerial se dará, pocas personas pueden asumir el cargo en la actual coyuntura. Primero, el país requiere una persona con profundo conocimiento sobre la tarea y, más importante aún, la institución. El Ministerio de Economía y Finanzas requiere el liderazgo de una persona que conozca los vericuetos del mismo, que sea reconocida por los funcionarios y los organismos, etcétera. Alfredo Thorne, con diez meses en el cargo, se había ganado ese reconocimiento, pero ahora no podemos darnos el lujo de esperar otra “curva de aprendizaje”.

Segundo, los agentes económicos, locales e internacionales, están preocupados y requieren acciones y pronósticos de reformas. Esto es válido tanto para el ministro Thorne, si permanece en el cargo, como para quien lo asuma. Debemos aprovechar este bache para tomar un nuevo impulso reformista.

Finalmente, no han faltado quienes han sugerido aprovechar este “espacio por cubrir” para acercar al gobierno y al fujimorismo. En mi opinión, no es momento para buscar ese cogobierno que plantean. Antes de ir tan lejos, se deben estabilizar las relaciones entre ambos partidos políticos y empezar en pequeños gestos para luego dar pequeños pasos juntos. Por correr se pueden tropezar ambos: la confianza –entre ambos grupos– es nula, y el MEF no debe servir como experimento político en ningún caso.


Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.