25.ABR Jueves, 2024
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Opinión

“No se puede negar que las declaraciones del gobierno (presidente, algunos miembros del Ejecutivo y algunos congresistas) dan espacio a dicha queja”.

El día de ayer, la Sra. Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular, anunció la próxima presentación de un nuevo hábeas corpus que buscaría, según la explicación, la exculpación de su padre (el ex presidente Alberto Fujimori) por la vía legal. Como sabemos, no es la primera vez que lo presenta; y no existiendo cambios sustanciales ni en el marco jurídico ni en la estructura judicial, todo apunta a que este seguiría el mismo trayecto que el anterior.

No obstante, existen ciertos aspectos a mencionar. Para empezar, la lideresa del fujimorismo aprovechó el anunció para declarar, una vez más, su desconformidad con el uso político de la situación judicial de su padre: “Es muy triste ver la utilización política de gobernantes, que juegan con las esperanzas de libertad del hombre que lideró con éxito una de las etapas más duras de la historia de nuestro país”. Seas o no antifujimorista, no se puede negar que las declaraciones del gobierno (presidente, algunos miembros del Ejecutivo y algunos congresistas) dan espacio a dicha queja.

Por otro lado, el fujimorismo declinó la posibilidad de liberar al ex presidente con el peso que ostentan en el Legislativo. Como sabemos, votaron contra la propuesta del congresista Vieira (la cual pretendía el arresto domiciliario del mismo). Esto ha sido utilizado por los enemigos políticos del fujimorismo como una señal de encono contra el padre, lo cual es –por decir lo menos– una exageración: durante la segunda vuelta, la lideresa del partido presentó un compromiso que, textualmente, ofrecía no utilizar el poder político para beneficiar a miembros de su familia (léase, el padre).

Más allá del hábeas corpus, queda claro –una vez más– que el fujimorismo y sus antis son irreconciliables. En este caso, los antis señalan, claramente, que no les creen ni avalan aun cuando respetan su palabra, lo cual incentivará –imagino– al fujimorismo a permanecer activo en el conflicto. Lo único claro para los terceros (ese 15% a 20% de no-involucrados) es que así no se construye un país.


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