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Fernando de Szyszlo: “Keiko Fujimori nunca será presidenta del Perú”

El artista plástico considera que la sombra de Alberto Fujimori, padre de la lideresa de Fuerza Popular, le impedirá llegar a Palacio.

De Szyszlo también habló sobre Humala, García y Acurio. (Luis Gonzales)

Fernando de Szyszlo, uno de nuestros artistas más reconocidos, no se calló nada. Habló de Ollanta Humala, Keiko Fujimori, Alan García, Mario Vargas Llosa y hasta de Gastón Acurio, a quien no le ve futuro político. Así de claro.

¿Cuál es el balance que podría hacer de los últimos 24 años tras el quiebre de 1990?
La mayoría de los peruanos, sobre todo los intelectuales peruanos, hemos vivido en un mundo pesimista, donde este país no tenía remedio, en el que esto no iba a componerse nunca, y, sin embargo, se ha compuesto y estamos encaminados, con todas las dificultades, con todo lo malo que pueda pasar, pero estamos encaminados. Nuestro desarrollo como país es incontenible porque ya no depende de la política ni del gobierno, ya hay una clase media pujante que quiere salir adelante y eso no lo contiene nadie. Los políticos van a perder importancia, ya están perdiendo importancia.

¿Quién cree que ha jugado el rol más importante en ese cambio? ¿El Estado, la academia, la sociedad?
Tiene que haber habido muchos factores, creo que el factor decisivo –quizás me equivoque– fue la campaña política de Mario Vargas Llosa, la demostración de que las nacionalizaciones, la guerra contra la industria privada era fatal, lo único a lo que nos iba a conducir era a la miseria. Mario cambió la manera de pensar de la gente. Al punto de que el candidato que ganó la elección, por fuerzas que no eran suyas, no pudo ya controlar, no pudo ya ser populista y tomó las ideas del liberalismo de Mario y las aplicó. El programa original de Fujimori era populista, hacía populismo en la radio.

¿Usted cree que Fujimori fue por la vía ‘ortodoxa’ porque el país estaba inoculado de las ideas de Vargas Llosa o porque no tenía otra opción?
Yo creo que ambas cosas son ciertas. Ahora, ¿por qué cambió? Siempre se ha dicho que Fujimori se reunió, a través de Pérez de Cuéllar, con Hernando de Soto y con economistas liberales, y por eso cambió su programa, aunque no me consta, me imagino que eso es cierto.

¿A estas alturas, usted cree que las reformas necesarias –de segundo piso– son económicas, políticas o sociales?
Creo que las más importantes son económicas porque solo saldremos del pozo cuando la clase media crezca. La pobreza ha disminuido como consecuencia del crecimiento económico. La pobreza no ha disminuido por obra del Espíritu Santo, sino porque la economía ha mejorado.



No le inquieta su candidatura. La pelea, dice, será entre García y PPK. (César Fajardo)

Nuestras instituciones están rezagadas y ahora crecer al tres o cuatro por ciento no va a suponer grandes cambios. Seguir con esta clase política, este Poder Judicial, supone una limitación, ¿cierto?
La corrupción consume parte importante de lo que produce el país.

¿Por qué cree que no hemos podido salir de ese bache profundo llamado “corrupción”?
Por una descentralización mal organizada, mal planeada, que hizo que cada departamento sea una región y el jefe de esa región se llame presidente y asuma actitudes de autoritarismo y de prepotencia sin tener el background del ejercicio de poder. Es una catástrofe, se ha derrochado el dinero del canon y ya se han visto las plazas que han hecho, los edificios municipales, las esculturas. Ha sido una tragedia.

¿Y qué ocurre con las élites intelectuales, con su actuación en este tiempo?
Creo que en la mayoría de casos la sociedad no ha estado a la altura del desafío que tenía. Hemos progresado en parte, pero el esfuerzo podría haber sido mayor. Es vanidoso de mi parte que yo opine con tanta seguridad de economía cuando no es mi mundo. He leído mucho de política y de literatura, pero de economía muy poco; sin embargo, soy consciente de lo que pasa, y estoy un poco asustado de cómo se manejan las cosas en el Perú.

¿Cree que el Perú está pasando por un buen o mal momento?
Creo que está pasando por un pésimo momento; sea inocente o no el gobierno es absurdo que piense que puede enterrar un problema decidiendo “no hablaré más del asunto”. ¡Imagínese a Nixon diciendo que del problema de Watergate no hablaba más! Así no se resuelven los problemas, y no se puede resolver porque el problema sigue vivo.

Para el gobierno es la prensa que está buscando reavivar los problemas…
Yo creo que la prensa, con distintos matices, ha sido muy responsable y ha investigado donde tenía que investigar. Todo los temas graves que se han descubierto ha sido por la prensa. Nunca hemos sabido que alguien del Ejecutivo o del Congreso haya descubierto lo de López Meneses, o lo de Áncash, o lo de Chiclayo, etc., es a la prensa a la que le debemos ese conocimiento.

¿Usted diría que la percepción es que hay más o menos corrupción que en anteriores gobiernos?
Yo diría que la mayor corrupción que hemos tenido fue la de Fujimori, cuando tenías jefes militares con fortunas de millones de dólares. Comparado con eso hay mucho menos corrupción. Pero antes no había corrupción de millones en las provincias, es una cosa increíble. El alcalde de Chiclayo… ¡La amante tenía una maleta con millones de soles! Entonces, lo que hemos descentralizado es la corrupción. Antes estaba ceñida a Lima, porque todo el dinero estaba en Lima, y ahora con esto que cada departamento tiene, según su suerte minera, unos cánones fabulosos, la corrupción se ha descentralizado.

Según The Economist, la corrupción va a destrozar la democracia en el Perú. ¿Usted comparte esa opinión?
Me duele aceptar eso, no creo. Yo creo que somos mejor que eso, que lo vamos a superar. Ahora, no veo que esté en camino de superarse.
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¿Ve usted alguna figura que pueda generar una ola de cambio en el Perú?
¿Nuevos agentes políticos en ejercicio? No los veo.

¿Y en algún otro ámbito?
Creo que estamos en un buen camino… Hay muy buenos periodistas también. Lo que hace Ricardo Uceda me parece estupendo, Fernando Berckemeyer en El Comercio, ustedes en Perú21; no es que falte gente, sino que no sabemos aprovechar a los más valiosos.

¿La sociedad peruana sigue siendo muy conservadora?
No la definiría como conservadora sino inculta, muy iletrada. Guillermo Hoyos Osores, un magnífico diplomático, decía que la aristocracia peruana era una aristocracia ‘scotch’, soda y piscina, pero no hay cuadros, no hay muebles, no hay cultura.

Si tuviera que describir al Perú como una persona, ¿qué diría?
Diría que es un adolescente lleno de talento, sin educación, y que necesita obtener las herramientas para desarrollar sus propios dones.



Propone cambios. Le sugiere que lleve adelante las reformas políticas como la restitución del Senado y que el voto sea voluntario. (Martín Pauca)

Y en esa línea, ¿cuáles serían las principales restricciones al desarrollo de ese adolescente?
La educación. Creo que, finalmente, los gobernantes se dan cuenta de eso, y de que es la educación primaria básica la que hay que cambiar, antes que la superior. Pero hay que cambiarla. Cuando usted piensa que el Sutep solo se ha preocupado de los sueldos y no de la calidad de los profesores…

¿Y esta ola de tecnología de información y comunicación no podría generar una revolución educativa, social, política en el Perú?
No lo creo, la verdad. Creo que primero es necesario que mejore el nivel de conocimiento, el nivel de cultura, porque toda esa tecnología para decir tonterías en Facebook o Twitter es inútil. No digo que en otras partes del mundo no sea igual, pero el hecho es que nosotros no tenemos esa formación educativa.

Si pudiera, ¿qué consejo le daría a la clase política? ¿Y qué les pediría?
Les pediría una cosa casi imposible: que no piensen en sus intereses sino en el interés del país, en el interés general. Nosotros deberíamos estar avergonzados de que aún hay en el Perú gente que tiene hambre, que no tiene agua, que no tiene luz… Eso me parece monstruoso. Es simplemente inaceptable. Esa es la primera labor, suprimir la miseria.

¿Y esa incapacidad de erradicar la pobreza extrema, algo que parecería posible en este país, es por esta suerte de solipsismo en el que viven los líderes políticos?
Sin duda, en gran parte. Mirar solo por sus intereses, sus imágenes… Está bien, un político tiene que ser lo suficientemente narcisista en cierta manera, pero también necesita de lucidez para darse cuenta de cuál es su posibilidad real y cuál es el uso que puede hacer de esa posibilidad que tiene que ser compartida, que tiene que ser en beneficio de la mayoría.

¿Por qué cree que la candidatura del fujimorismo va primero?
Es una encuesta que no ha variado mucho. No me inquieta la masa segura de Fujimori. Creo que la pelea va a ser entre Alan García, PPK y el partido de gobierno si logra encontrar un candidato, que no veo hasta el momento. La señora Nadine no va a postular. Es una lástima que ella, que es la persona más inteligente que hay en el gobierno, haya desperdiciado los primeros años contemplando la posibilidad de una candidatura inviable.

¿Cree que no fue lo suficientemente clara desde el principio?
Sin duda. Ella dejó que eso siguiera circulando. La gente poderosa, políticamente, sufre de tal manera la adulación que no le deja ver la realidad. Todos estos palaciegos que alaban y alaban y alaban… Hay muy pocas personas que los ayudan a pensar con buena voluntad.

Entonces, dentro de estas posibilidades, Alan García o PPK, ¿usted siente que representan a las tendencias democráticas, a mantener el statu quo, o deben mejorar en algo?
Sí lo creo. En ambos casos son personas preparadas para gobernar y contribuir al desarrollo del país. Personalmente, creo que PPK, con lo mucho que lo admiro y lo quiero, tiene menos chances de ganar una elección nacional que Alan García. Ambos estarían en la misma tendencia, sería difícil encontrar las diferencias de pensamiento entre Alan García y PPK. No creo que surja un candidato, no creo que Gastón sea. Sería una locura.

¿En el futuro le ve vida política a Gastón Acurio?
No creo. Vida empresarial sí, y mucha.

Pero Gastón ha probado ser más que un empresario; ha demostrado ser una persona que tiene una gran preocupación por el Perú que va más allá de la gastronomía…
Sin duda, y es encomiable, pero eso no basta…

A este gobierno aún le queda un año y medio para hacer cosas, ¿cree que tiene tiempo y fuerza para impulsar alguna reforma?
Muchas (reformas), cambios de todo orden. Cambios constitucionales: cómo devolver la cámara de senadores, que el voto sea voluntario y muchos cambios… Seguramente los economistas podrán indicar mejor que yo cuáles.

Lo escucho con (no sé si la palabra es adecuada) ¿frustración…?
Yo sí, pero creo que eso nos puede hacer mover, cambiar las cosas. Para eso necesitamos que el gobierno se mueva, se lance con reformas estructurales.

¿Qué otras instituciones podrían promover cambios? ¿Las universidades, por ejemplo, no han desaprovechado ese espacio dejado?
Sin duda; las universidades se han entibiado. Pero basta ver el precio de la educación universitaria. ¿Cómo va un chico a estudiar en la Católica con esos precios que tienen ahora? Eso ha producido que aparezcan estas universidades de personajes que acumulan millones…

¿Le da miedo la posibilidad de que, precisamente, un caudillo así (con recursos inacabables) pueda llegar al poder?
La verdad que no. Me da horror que las provincias estén todavía tan poco cultivadas y hayan surgido estos liderazgos.

Pero les correspondía a los partidos políticos llenar esos espacios…
Pero si no hay partidos políticos, hay jefes de partidos políticos que no tienen masa.

¿Cuál es el mejor gobierno de los que usted recuerda?
Es tan difícil… Ha habido buenos presidentes. Personalmente, creo que el mejor fue el Dr. Bustamante y Rivero, pero no estaba preparado para el sancochado que le tocó. El segundo gobierno de Alan García fue muy bueno, y yo nunca he sido aprista. Belaunde era una persona decentísima, pero fue un pésimo presidente; tenía los más valiosos sentimientos, pero no fue bueno, la tarea lo asustó.

¿Qué mensaje les daría a los jóvenes de ahora?
Solo puedo hablarles desde mi propia experiencia. Lo único que sirve en la vida es hacer el trabajo que uno ama, que el trabajo le dé sentido a su vida, sea actor, chofer, pescador, lo que sea. A través de ese trabajo que se relacione con el mundo, que el mundo tenga significado. Es lo mejor que puedo desearle a alguien: que sea feliz en su trabajo. No es que uno sea feliz todo el tiempo… Yo no soy feliz siempre como pintor. Yo soy una suma de frustraciones, con cada cuadro que hago siento más el fracaso que he tenido, lo único que veo son defectos. Siempre hay un desfase entre lo que uno ha soñado y lo que uno logra, y ese desfase hace que uno vuelva a insistir. Hace sesenta y tantos años que pinto todos los días; es así, eso le da sentido a mi vida, por eso estoy vivo.

Es usted una persona incansable.
El próximo año cumplo 90, la vida sigue siendo un desafío para mí.



Sobre la vocación. “En la vida importa hacer lo que uno ama”. (Luis Gonzales)

COMULGA CON VARGAS LLOSA EN CONTRA DEL FUJIMORISMO

Hace poco, Mario Vargas Llosa se refirió a la posibilidad de la llegada del fujimorismo al poder y dijo que iba a batallar con todas sus fuerzas para que eso no ocurra. ¿Cuál es su impresión?
Yo estoy seguro de que Mario va a batallar con todas sus fuerzas, pero además estoy seguro, por intuición, que la señora Fujimori no va a ser nunca presidenta de este país. No tiene los votos para ello, la carga que tiene atrás nunca la va a dejar llegar a la presidencia. Ojalá que no me equivoque.

¿Hay algo que puedan cambiar para mejorar sus perspectivas?
Seguramente van a tratar de seguir borrando la imagen que dejó el presidente Fujimori, pero yo creo que es imposible. La corrupción de ese gobierno está probada con la gente que hasta ahora está en la cárcel, empezando por el jefe de Estado.

Y no hubo un mea culpa…
Nunca, ni siquiera de parte de los fujimoristas actuales. Es difícil creer que lo que hicieron se olvide. Quizá soy severo, pero para mí sería imposible olvidar todo lo que pasó.



Firme. Al igual que Mario, el artista no ve a Keiko como presidenta. (Mario Zapata)

Por Juan José Garrido (director@peru21.com)


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