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Julio Velarde: “No estamos vacunados contra malos presidentes”

El presidente del BCR da sus impresiones sobre el desarrollo económico del Perú y el escenario de este ámbito a nivel mundial.

Velarde observa que, cada vez más, los jóvenes prefieren ser empresarios. (USI)
Velarde observa que, cada vez más, los jóvenes prefieren ser empresarios. (USI)

Hace poco Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva (BCR), fue reconocido como el mejor banquero central a nivel mundial, designación que él ha tomado con suma humildad.

Con motivo de ello y a fin de conocer sus impresiones sobre la situación económica internacional y su perspectiva sobre el Perú, conversamos con él.

El escenario económico mundial ha cambiado en la última década. Hoy China ocupa un rol preponderante y Estados Unidos aún sigue marcando la dinámica del comercio internacional. ¿Cómo cree que se configurará el nuevo orden económico internacional en las siguientes dos décadas?
EE.UU. seguirá siendo el centro financiero mundial. Si bien el yuán probablemente tendrá un peso mayor en las transacciones financieras internacionales, este proceso tiene un límite hasta que China no liberalice sus mercados de capitales de manera completa. Ese proceso comenzaría con un plan piloto en Shanghái. El siguiente paso probablemente sea que el yuán se incorpore a la canasta de monedas del FMI, los llamados Derechos Especiales de Giro, como una quinta moneda. Pero creo que es difícil pensar que, en veinte años, realmente China pueda ser un centro financiero internacional, incluso cercano a Londres. En comercio sí, y es más importante que Estados Unidos. Su tasa de crecimiento probablemente sea algo menor, su crecimiento se ha ido ralentizando, de eso no tenemos ninguna duda. Algo importante que agregar sobre Estados Unidos y China es que el centro de innovación sigue siendo Estados Unidos, pues es ahí donde están las mejores universidades, donde todavía la innovación es aún más dinámica, incluso, que en los otros países ricos cercanos. Ni Alemania ni Japón tienen esa actitud con respecto a la inmigración como la que tiene EE.UU. Uno ve Silicon Valley y está lleno de gente de la China e India, lo cual sería casi inconcebible en países como Japón o Alemania. China tampoco favorece la inmigración de talento.

Respecto a Europa, se hizo un intento serio por mantener la estabilidad financiera a través de la aceptación de una moneda única, el euro. ¿Cree que será sostenible? ¿Cómo vislumbra el futuro de países como Grecia, España y Portugal? ¿Cuánto afectará eso la posición de Europa en la economía mundial?
Se empezó sin tener una autoridad bancaria única. Los desequilibrios iniciales en las economías europeas fueron atendidos en favor de economías como Alemania y Francia, no así para el resto. Por ejemplo, cuando la tasa de interés se dejó muy baja, a pesar de que tenía que ser más alta para frenar el ‘boom’ inmobiliario, el creciente sector no transable en España, Irlanda y Grecia tenía tasas de interés sumamente bajas. Hay que recordar que, cuando recién aparece el euro, estamos hablando de hace ya 14 años, se hablaba de Alemania como la economía enferma. Ahora es todo lo contrario, obviamente. Otro tema que siempre se señala es que es muy complicado tener una unión monetaria sin una unión fiscal.

¿Qué le falta a India para tener el impacto que China tuvo en la economía mundial?
Ser más rico. Todavía es mucho más pobre que China. El ingreso per cápita de India es 40% del de China. Esta diferencia se debe, en parte, al hecho de ser una democracia, aunque esto puede ser algo positivo a la larga. Todas las previsiones de crecimiento para los próximos años son de 7.6%, que es más de lo que uno estimaría de crecimiento para China. La proyección para este año de crecimiento de la India supera a la de la China. O sea, uno esperaría realmente que la brecha se vaya acortando. Uno ve que, además, tiene un sector de servicios que crece mucho más rápido. Tiene mucho más ‘catch up’ por delante. Además, hoy tiene a Narendra Modi al mando del país, uno de los líderes mundiales. El mejor presidente del Banco Central está en la India. Es Raghuram Rajan.

En el caso de África, esta ha conseguido finalmente acercarse mucho más en términos de ingreso per cápita si compara la situación en promedio de lo que se tenía hace 10 o 20 años. Mucho de esto fue en el contexto del ‘boom’ de materias primas. ¿Ahora cuál es su proyección, dado el fin de ese ciclo?
No solo esta última década ha sido excepcional. Incluso es probable que este año tenga crecimiento mayor al de América Latina y más que Asia. Como continente va a ser el de mayor crecimiento.

Pero esta época ha descendido un poco. ¿Cómo cree que va a ser el final?
Asusta mucho. La preocupación que tienen es sobre la apreciación de sus monedas. Esto se debe, en parte, a que los enormes flujos que entraron aún no salen. Inclusive siguen recibiendo más flujos, producto de la apreciación de las monedas. Con ojos de latinoamericano, uno diría que la preocupación está en una salida abrupta de esos capitales.

En el caso del Perú, ¿qué futuro le esperaría en la próxima década?
Yo veo varias cosas, una inclusive que es algo de lo que no disfrutan plenamente los países africanos. La estabilidad macro creo que está acá para quedarse. Creo que se ha interiorizado en la conciencia no solo de las élites, sino de gran parte de la población que políticas monetarias y fiscales responsables son indispensables para el crecimiento. Eso lo tenemos más marcado que otros países. Segundo, creo que se está logrando un consenso grande en que la inversión privada es fundamental para el crecimiento. Aún no es completo, pero creo que es un consenso cada vez mayor. Tercero, acá voy a tomar lo de McCloskey. Para McCloskey, casi el momento esencial es que se considere que el empresario es algo positivo y no algo negativo. Creo que también esto se está logrando, que es un poco de lo que estaba comentando antes. Si uno mira que hace pocos años el joven quería meterse más en la política, ahora ve que muchos de ellos están pensando cómo ser empresarios, cómo hacer dinero, cómo hacer empresa. En el pasado, había cierto desprecio del dinero. Eran terratenientes, de posición acomodada y miraban con desprecio al comerciante. Solo basta recordar la frase despectiva de Napoleón: “Inglaterra es un país de comerciantes”.

¿Y cómo cree que nos veríamos en los próximos años? ¿Hay posibilidad de que esta estructura regionalizada del Perú pueda realmente funcionar?
Espero que sí, ha sido muy costoso, porque se ha hecho muy mal realmente. No se pensó bien. Hoy muchos están buscando una solución, pero no sé si va a mejorar realmente. Pero creo que sí hay una conciencia de que algo tiene que hacerse. Todavía hay presidentes regionales buenos, otros no tanto. Se debe buscar un cierto balance entre lo que es propiamente regional, local y nacional. Esa sigue siendo una tarea pendiente.

Lo nombraron Banquero Central del Año en el mundo en el 2015. ¿Cuál debería ser la adecuada combinación de las políticas monetaria y fiscal para enfrentar los años turbulentos que podrían venir?
Hemos guardado recursos en los momentos de precios altos. Hemos sido el único país con superávit en América Latina (1.9%), uno de los pocos países con superávit fiscal en el mundo. El año pasado nuestro déficit fue de 0.01, me parece. En los momentos en que se debió hacer lo sensato, se diseñó una política fiscal anticíclica porque el marco regulatorio lo permite y tenemos felizmente, por lo que se ha hecho antes, el marco para hacerlo. En el caso de política monetaria, también. Obviamente en nuestro caso, la política monetaria está limitada por el grado de dolarización del sistema financiero. Todavía, casi a diciembre, la mitad del crédito a grandes y medianas empresas está en dólares y eso limita un poco la efectividad de la política monetaria. Obviamente, el año pasado hubo una desaceleración importante. Hay que entender que tanto la inversión privada como la pública retrocedieron. Hubo golpes en los sectores primarios que difícilmente se repetirán. El consumo no tuvo una caída. El gobierno está tratando de corregir estos problemas.

Pero esto va a depender de la ayuda que el Congreso le dé al Ejecutivo.
En efecto, hay varias normas esperando aprobación del Congreso, como las expropiaciones para proyectos de inversión. Uno discute el precio de la expropiación, pero no el acto de expropiar para permitir la construcción de una carretera. El problema es que ese tema está en un paquete con 40 cosas más. La propuesta de tercerizar la opinión sobre la existencia de restos arqueológicos también podría ayudar.

¿Si pudiera dar una recomendación, qué cosa cree usted que el público o el consumidor podría hacer para sentir que contribuye al desarrollo económico? Se ha hablado mucho de la inversión en la educación.
Saber que la decisión que tú tomes va a marcar en buena medida el futuro de tus siguientes 5 o 10 o 15 años. Esa es una recomendación. El público puede estar tranquilo de que la autoridad monetaria sabe exactamente lo que está haciendo y, por lo tanto, puede tener la tranquilidad de que este es un ciclo con precios que se están recuperando, pero nosotros, como miembros de esta economía, tenemos que aspirar a hacer un trabajo de diversificación. Se pueden hacer muchas cosas puntuales en el periodo que queda en el gobierno. Grandes reformas pudiera ser lo complicado, pero aspectos puntuales obviamente se podrían mejorar. Esto es el campo de cada ministro, pero sentar las bases para sectores que podrían desarrollarse.

¿Y, en cuanto a la cuenta corriente, cómo ve la situación?
Hay una ligera mejora. Digamos que la brecha ha sido 4.4% del PBI el año pasado. Este año será ligeramente menor, pero financiada por capitales de largo plazo.

¿Es decir que no es un tema que preocupa?
Claro que nos preocupa, pues hemos pasado de un déficit de 0 en el 2013 a un déficit comercial de dos mil millones de dólares en el 2014 por la caída de precios en materias primas, así como por una caída en los volúmenes exportados. Esperamos este año recuperar el volumen. Será entre tres y cuatro años.

Finalmente, ¿usted, que ha manejado por tanto tiempo temas vinculados al país, siente que hemos avanzado?
Sí, hemos avanzado. Recién en el 2006 logramos volver a tener un ingreso per cápita igual al de 1975; 31 años sin crecer, eso es raro, lo normal es crecer. Y lo normal realmente es que, si se hacen bien las cosas, nos vamos a acercar poco a poco al nivel de ingreso de los países desarrollados. No hay ninguna razón para no hacerlo. Es un proceso. No es de la noche a la mañana.

Teniendo en cuenta su respuesta anterior, ¿podemos decir que somos optimistas?
Sí, soy optimista. Incluso políticamente soy optimista. Uno no ve ningún candidato radical en el 2016. No estamos vacunados contra malos presidentes, pero alguien que vaya a patear el modelo no se contempla, al menos ahora, felizmente.

Por: Giovanna Prialé (giovanna.priale@peru21.com)


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