La Gran Familia Chinchana reclutaba a colombianos para mafias de extorsión

Comenzaron a extorsionar a empresarios en el 2009, cuando se iniciaba el boom de la construcción en el sur del país, luego del devastador terremoto del 2007. Con los años, la mafia de ‘La Gran Familia Chinchana’ desató el terror con diversos asesinatos, para los cuales traía a delincuentes juveniles de Colombia.

Diez integrantes de esta organización criminal –conformada por hampones del Callao y por colombianos– fue desarticulada en Chincha.

NEGOCIO DE LA EXTORSIÓN
Según la Policía, los maleantes chalacos tomaron como centro de operaciones esta ciudad del sur del país debido a la gran cantidad de construcciones que se empezaron a levantar en el 2007.

Para ello crearon una fachada de sindicato de construcción civil de trabajadores desocupados.

Ellos exigían a los empresarios e ingenieros de las obras el pago del 10% del valor de cada proyecto inmobiliario.

A partir del 2013, según fuentes policiales, los delincuentes extienden su accionar y comienzan a pedir cupos a comerciantes y dueños de empresas de transporte.

Además, ese año empezaron a captar a colombianos para que se encargaran de amedrentar a sus víctimas. Estos extranjeros utilizaban –en un primer momento– bates de béisbol para golpear a los que se negaban a pagar. Luego llegaban con sus armas de fuego.

A esta mafia se le atribuye una decena de homicidios y lesiones graves. También se dedicaban a captar a menores de edad para adiestrarlos en el uso de armas.

Una de sus víctimas fue el periodista radial Humberto Tasayco Levano, a quien asesinaron a golpes con un bate de béisbol. El hombre de prensa había denunciado públicamente el accionar de estos maleantes.

GOLPE A LA MAFIA
El domingo último, agentes del grupo de inteligencia Génesis, en coordinación con personal antisecuestros de la Dirincri, allanaron el centro de operaciones de esta banda, ubicado en la zona conocida como La Favela, en Chincha.

Cayeron el cabecilla Jorge Anchante Gutiérrez (37), Kevin Fajardo Rosales (20), Luis Medina Cartagena (43), Pablo Tanta Euribe (27), Marcos Saravia Muchaypiña (33), el colombiano Adrián Arias Serna (22), María del Rosario Martínez Mayuri (48), entre otros. Esta última era la testaferra de la mafia que constituyó la empresa de transportes Charito.

Se informó que, con la ilícita actividad, los maleantes obtuvieron más de 3 millones de soles. Con parte de este dinero adquirieron diversos vehículos a nombre de la mencionada empresa.