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Opinión

Quién es el periodista Bastenier. Nunca he escuchado de él. Era 2002 y un par de curiosos alumnos del taller de periodismo que me habían encargado en la UPC me hacían muchas preguntas sobre unos libros que les había indicado entre las referencias. Uno de ellos era “El blanco móvil: Curso de periodismo”, del español Miguel Ángel Bastenier. Es mi guía, les respondí. Me hubiera encantado estar en la escuela del diario El País de España, añadí.

“El blanco móvil” era precisamente un libro que resultaba de los años de experiencia de la escuela de El País. Leerlo era como vivir el trabajo diario en una sala de redacción, pero con pausas reflexivas y docencia, algo que el vértigo de la producción diaria y el tiempo real no permite hoy en muchos casos.

A través de la Fundación por el Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez, Bastenier compartió su experiencia con cientos de periodistas de América Latina.

Con el paso de los años, el maestro Bastenier, aunque no le gustaba mucho que lo llamaran así, incorporó la tecnología digital y las prácticas en esa plataforma en sus trabajos, charlas y reflexiones. Solía dictar talleres titulados “Cómo se escribe un periódico”, cuando solo veíamos ediciones impresas. Esta experiencia también la plasmó en un libro con ese nombre. Luego el taller pasó a ser “Cómo se escribe el periodismo impreso o digital”.
“Lo que no es digital no tiene futuro. (…) No se puede ser periodista dando la espalda a la realidad digital”, dijo a Esther Vargas, editora de Web y Audiencias de este diario, en una entrevista hace dos años.

En la red de Twitter era activísimo y respondía atentamente. Tuvo más de 171 mil seguidores. Deja apuntes, críticas y observaciones de la realidad del periodismo en 140 caracteres que no perderán vigencia.

Miguel Ángel Bastenier murió a los 76 años, el viernes 28, luchando contra un cáncer al riñón que no lo alejó del periodismo. Mis respetos. Su última columna sobre asuntos internacionales, en los que era experto, la publicó apenas cuatro días antes de morir. Y hasta el jueves estuvo activo en Twitter. Los homenajes y testimonios de gente que lo conoció dan cuenta de lo apreciado que fue y del agradecimiento que le expresan numerosos periodistas.

Me quedo con su frase de que el mejor lugar donde se aprende periodismo es en una sala de redacción. No dejemos de analizar, reflexionar y hacer docencia en el trabajo diario. Puede sonar a trabajo extra en plena jornada a la que le faltan horas, pero es algo que se agradece con el tiempo. Perdón por no tratar hoy asuntos directamente relacionados con la última semana en Perú21, pero en estos tiempos de vorágine a veces hay que hacer un alto.


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