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Opinión

“El gasoducto y la refinería existen por la demagogia de izquierda ejemplificada en la imposible promesa del balón a 12 soles”.

El Gasoducto del Sur y la Refinería de Talara son dos elefantes blancos que se balancean en la telaraña de la demagogia. La pérdida social de estos elefantes superaría los US$15 mil millones. El fin del gasoducto era loable: que el gas llegara al sur. Pero el único ganador era Odebrecht porque, hubiera o no gas, hubiera o no demanda, gozaba de ingresos garantizados por US$912 millones al año.

En un esquema cuasidiabólico, estos ingresos los iba a pagar el ciudadano con aumentos en la tarifa de luz. Como la concesión duraba 3 décadas, la pérdida social hubiera superado los US$10 mil millones.

De acuerdo con un informe de la Contraloría, de 2015, no había ni suficiente gas ni demanda para la dimensión del gasoducto. La tubería se diseñó como si el consumo de gas fuera similar al de Lima, a sabiendas de que el PBI de Cusco, Arequipa, Tacna y Moquegua solo representa la cuarta parte del de Lima.

Según el colaborador eficaz TR-01-302FPCECF-2016, Nadine Heredia presionó en Proinversión para que el proyecto original, de US$1,300 millones el 2008 y sin ingresos garantizados, se convirtiera en el gasoducto de US$7,300 millones con ingresos garantizados de 2014.

Según el colaborador, la concesión del gasoducto se negoció en Palacio, y Nadine Heredia se reunió con Proinversión y los ex ministros Tafur y Mayorga para destrabar el proyecto y que Odebrecht fuera el único postor. El colaborador también afirma que Odebrecht y otras empresas brasileñas corruptas financiaron la campaña de 2011 de Humala. ¿Favor con favor se paga?

La Refinería de Talara es otra estafa monumental. ¿Por qué gastamos US$5 mil millones para refinar petróleo que no tenemos? ¿No es obvio que podemos importar directamente el petróleo refinado y dedicar los 5 mil millones a necesidades reales? ¿Cómo así Petroperú, incapaz de siquiera darle mantenimiento a un oleoducto que se cae a pedazos, va a ser más eficiente que el resto del mundo en refinar petróleo? Con la tercera parte del dispendio en Talara, se podría ampliar la frontera agrícola de Piura en 50%, duplicar el número de camas de hospital, darle agua y desagüe a toda la región, unir Piura, Sullana, Paita y Chiclayo por tren, y construir y equipar 10 mil aulas.

El gasoducto y la refinería existen por la demagogia de izquierda ejemplificada en la imposible promesa del balón a 12 soles o en la gaseosa “seguridad energética”.

El modelo socialista de Lula y Humala trae miseria y atraso, y abre las puertas, de par en par, a las corruptelas y a la descomposición del Estado.


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