16.ABR Martes, 2024
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Opinión

“Odebrecht consiguió más de S/23 mil millones en contratos y concesiones con Humala, entre los que destaca el gasoducto, la más grande licitación en la historia del Perú”.

La probabilidad de que Marcelo Odebrecht mienta para manchar a Ollanta Humala es casi cero porque no tendría nada que ganar y todo que perder. Si Odebrecht mintiera perdería todos los beneficios de su colaboración en Brasil, lo que le costaría seguir en prisión hasta 2034.

En una planilla de sobornos incautada se lee “programa OH” al lado de un monto equivalente a $3 millones. Según la Policía Brasileña, que trianguló la información con el celular de Odebrecht, las siglas OH significan Ollanta Humala. En las agendas de Nadine se lee “Marcelo” más de una vez al lado de diversas sumas de dinero. Jorge Barata, ahora colaborador eficaz, afirma que se entregó $3 millones a los Humala en varias armadas. Marcelo Odebrecht confirma que la división de coimas de su empresa le dio $3 millones a los Humala y que OH es Ollanta Humala.

De acuerdo con el alud de confesiones en Brasil, Odebrecht daba plata a los políticos para luego beneficiarse. Odebrecht consiguió más de S/23 mil millones en contratos y concesiones con Humala, entre los que destaca el gasoducto, la más grande licitación en la historia del Perú. El gasoducto pasó de costar $1,300 millones el 2008 sin ingresos garantizados a $7,300 millones el 2014 con ingresos garantizados, cuando Odebrecht ganó la buena pro como postor único. Los ingresos garantizados los iba a pagar el ciudadano en los recibos de la luz. Según un colaborador eficaz, fue Nadine la encargada de inflar el proyecto y favorecer a Odebrecht presionando a Proinversión y al MEM.

Si queremos que Odebrecht nos diga todo lo que sabe sobre sus coimas en el Perú necesitamos negociar de forma pragmática. Odebrecht está interesada en recuperar los más de $2 mil millones de activos que aún tiene en nuestro país. Sugiero que le dejemos llevarse parte de estos activos a cambio de información detallada sobre quiénes fueron sus cómplices en el Perú. Con ello no habría impunidad y se recuperaría lo máximo posible de lo robado. Ello sería factible si la Fiscalía, el Poder Judicial y la Procuraduría adoptan una estrategia conjunta en lugar de andar cada uno por su lado.

El gobierno de Humala fue el peor desde 1990: mayor déficit fiscal del siglo, parálisis de la inversión, elefantes blancos por doquier como Talara y la Línea 2, y aumento en la anemia infantil. Pero ya sería harina de otro costal que Humala hubiera sido cómplice de intromisión extranjera en los asuntos nacionales, pues Odebrecht habría comprado influencia en la misma Presidencia. Si Odebrecht miente, ¿por qué Humala no lo demanda? La confesión libera.


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