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Opinión

“Hemos estimado que con 4 mil millones de soles se puede dar agua y alcantarillado a, por lo menos, 2 millones en el medio urbano y el doble en las zonas rurales”.

Es un grave error que el Perú gaste 4 mil millones de soles en organizar los Juegos Panamericanos del 2019.

El sentido común nos dice que ningún proyecto debería realizarse si los costos superan los beneficios. De acuerdo con la ex ministra Magali Silva, 75 mil turistas nos visitarán durante los juegos, los que dejarán 125 millones de dólares, es decir, 425 millones de soles. Se construirán 1,200 departamentos en Villa El Salvador con un valor de mercado que, como máximo, llega a los 150 millones de soles. Entonces, los beneficios tangibles del proyecto serían menores a 600 millones de soles. Dado que es improbable que los otros beneficios, como la visibilidad internacional o el tener canchas de rugby o lagunas para remar, valgan más de 3,400 millones, hacer los Panamericanos es perder plata con seguridad. Si prima la sensatez, deberíamos renunciar a la organización, tal y como lo ha propuesto Juan de Dios Olaechea.

Peor aun, de acuerdo con Luis Salazar, ex presidente del comité organizador, 2,500 de los 4,000 millones serán para infraestructura y 1,500 para gastos fungibles que incluyen los costos de administración así como la alimentación y movilización de los atletas visitantes. Es decir, del 40% del costo de los Panamericanos no quedará absolutamente nada tangible terminados los juegos.

Algunos dicen que sería vergonzoso renunciar a la organización porque el prestigio del país se vería mellado. Pero renunciar no sería razón para ser vergüenza internacional sino más bien ejemplo de racionalidad con las finanzas públicas. Vergüenza es que tengamos 50% de anemia infantil, que quedemos últimos en las pruebas internacionales PISA que miden el desempeño en matemáticas y lenguaje, que más de 8 millones no tengan agua o desagüe. Vergüenza es que tengamos la fatuidad de organizar los Panamericanos cuando la Panamericana no tiene doble vía entre Tumbes y Tacna.

¿No tenemos otras prioridades? ¿Por qué nos empeñamos en malgastar el dinero público? Con Valeria Morales hemos estimado que con 4 mil millones de soles se puede dar agua y alcantarillado a, por lo menos, 2 millones en el medio urbano y el doble en las zonas rurales. Asimismo, el presupuesto de los Panamericanos permitiría construir y equipar, al menos, 25 mil aulas.

El costo del proyecto se elevó desde 1,950 millones en octubre del 2013 a 3,200 en mayo de este año y a 4 mil en setiembre. ¿En cuánto terminaremos? Y ahora se nos dice que para cumplir con los plazos sería necesario que haya adjudicaciones directas. Terror.

Organizar los Panamericanos es tirar la plata al mar.


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