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Opinión

“La ciudad, su ritmo frenético y la contaminación sonora elevan nuestros niveles de estrés, haciéndonos más vulnerables a enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad”.

Las buenas ciudades son vibrantes y nos ofrecen servicios urbanos que hacen que nuestra calidad de vida sea positiva. Sin embargo, un aspecto usualmente olvidado por las autoridades locales es la salud de sus propios vecinos. Si bien la responsabilidad de la salud pública se encuentra principalmente en el gobierno nacional, los municipios también deben hacer mucho para que sus ciudadanos se mantengan sanos.

Lo primero es tomar conciencia de que son las propias ciudades las que nos enferman y, en muchas ocasiones, nos matan. Varias veces he mencionado la cantidad de muertos y heridos que generan los accidentes de tránsito y son pocas las personas que consideran el inmenso costo personal y económico que las secuelas de los accidentes causan. Pero también, la ciudad nos perjudica de otras maneras. Son muchos los que sufrimos enfermedades respiratorias producto de la mala calidad del aire. La ciudad, su ritmo frenético y la contaminación sonora elevan nuestros niveles de estrés, haciéndonos más vulnerables a enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad. Además la hipertensión arterial abre el camino para enfermedades cardiacas y derrames. Por su parte, la ausencia o baja calidad de espacios públicos y la poca oferta recreativa nos invitan a llevar una vida sedentaria, generando no solo sobrepeso sino aumento de la incidencia de diabetes y problemas de salud mental, especialmente, en grupos poblacionales como los niños, jóvenes y ancianos. Ademas, está demostrado que los miembros de las comunidades más cohesionadas son más sanos y requieren menos de los servicios de salud. Para lograr este capital social es necesario que las autoridades distritales propicien barrios más amigables.

Esta semana en Bogotá se lanzó el proyecto de Salud Urbana para Latinoamérica y el Caribe. La buena noticia es que en el Perú también se realizarán estudios en salud urbana, a cargo de CRÓNICAS-Centro de Excelencia en Enfermedades Crónicas, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Pronto tendremos evidencia concreta para impulsar medidas que mejoren la salud de nuestras ciudades y así dejar de enfermarnos.


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