Aída Norma Soto Quispe (48) intentó salir de Lima hacia Huancayo el 8 de agosto con un bebé que no era suyo, pero fue detenida a tiempo en la garita de control de Corcona, en Huarochirí. Al ser interrogada por la Policía, manifestó que una “desconocida” le había entregado a la criatura pues ella no puede concebir.
Los menores se han convertido en el blanco de mafias que trafican con ellos ya sea para “venderlos” a mujeres estériles o para explotarlos laboral y sexualmente.
El último caso fue el de la pequeña Bayoleth –de solo 2 años–, quien apareció en la ciudad de Chimbote 15 días después de haber sido raptada por una mujer en el hospital Arzobispo Loayza, en Lima.
Sin embargo, la mayoría de los casos no tiene un final feliz. Según las estadísticas de la Policía Nacional, solamente en este año han desaparecido 436 menores de edad.
Algo alarmante es que, de esa cifra, 182 son niños de entre 0 y 14 años. No obstante, la mayoría de los casos corresponde a adolescentes de entre 15 y 17 años de edad (254).
La Policía informó que únicamente 59 menores han podido ser hallados este año.
PELIGROSO AUMENTO
Lo más preocupante de todo es que la cifra de niños y adolescentes desaparecidos se triplicó entre los años 2009 y 2013.
Así, mientras que durante todo el 2009 se denunciaron 136 casos, este año (solo hasta agosto) ya van 436.
Asimismo, las estadísticas muestran que cada vez son más las sustracciones de menores de edad. Por ejemplo, las desapariciones del grupo de 12 a 14 años pasaron de 11 (en todo el 2009) a 117 (en lo que va del 2013).
Respecto a los bebés raptados, en el 2009 no se reportó ningún caso, pero este año ya van 13.
De igual forma, se registró un considerable aumento de desaparecidos de entre 15 y 17 años: 77 en el 2009 contra 254 que han sido reportados en lo que va del presente año.
MAFIAS AL ACECHO
Al respecto, Jhon Gamarra, director de la Defensoría del Niño y el Adolescente del Ministerio de la Mujer, sostuvo que existen mafias dedicadas a raptar a menores de edad.
Indicó que, por un lado, los niños más pequeños son secuestrados para, luego, ser entregados a mujeres que no pueden concebir.
“El otro móvil es que los delincuentes, tras cometer el secuestro del menor, extorsionan a los padres y les exigen dinero a cambio de devolverles a su hijo”, explicó el funcionario a Perú21.
Remarcó que, en el caso de los adolescentes de 10 a más años, estos son captados por mafias que los explotan laboral y sexualmente, sobre todo en ciudades como Madre de Dios, Cusco y Lima.
Otros puntos de destino son las zonas de frontera, como Tumbes, Tacna, Puno y Atalaya, así como las rutas del narcotráfico, como Huánuco, Junín y Ayacucho.
“En estos lugares, los menores son obligados a ejercer la prostitución o a hacer trabajos forzados de minería y tala ilegales”, apuntó Gamarra.
Por todo esto, les pidió a los padres de familia que cuiden a sus hijos y que siempre les brinden protección.
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