Joven lesbiana, víctima de violencia familiar, consigue medidas de protección a su favor

Cansada de recibir constantemente golpes en el cuerpo, empujones, patadas e insultos de parte de su padrastro y su madre por su orientación sexual, Antonella Rabanal decidió denunciarlos el año pasado en la comisaría de Puente Piedra por violencia física y psicológica.

Luego de que su padrastro se enterara de la denuncia interpuesta por Rabanal los maltratos se agravaron y la obligaron a dejar su hogar para proteger su vida y su integridad. Su madre, miembro de una iglesia evangélica, consideraba legítimos los ataques.

“A mi hija el señor la va a transformar, pero no sé cuándo. Acá en la tierra está el demonio y quiere destruir de esa manera a las personas”, dijo su madre en un reportaje a Cuarto Poder.

Su caso marca un precedente

Rabanal, hoy de 19 años, vive alejada de sus padres, quienes no pueden acercarse a ella a menos de 200 metros de distancia, entre otras medidas de protección dictadas a su favor.

“Es la primera vez que una adolescente presenta una denuncia de violencia familiar que se basa en la discriminación por su orientación sexual”, destacó Karen Anaya, miembro del grupo de incidencia jurídica del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos de (Promsex).

Según consigna dicha ONG —que litiga a favor de la víctima— la jueza Silvia Salazar Mendoza del 2° Juzgado Civil de Puente Piedra estableció que debe cesar todo acto que implique maltrato físico o psicológico hacia Antonella Rabanal.

Y en caso de que sus padres no incumplan las medidas de protección, el juzgado advirtió que estos serán denunciados por la comisión del delito de Desobediencia y Resistencia a la Autoridad, prescrito en el artículo 368 del Código Penal.

Anaya de Promsex agregó que las víctimas, sobre todo si son adolescentes no tienen a dónde ir, “y como son familiares muy cercanos los que los agreden, no denuncian (…) y solo cuando pueden subsistir por sí mismas es que salen de sus casas”.