La meta del Gobierno, de reducir la pobreza en Perú al 20% de la población en el año 2016, “es alcanzable” porque los esfuerzos están bien orientadas, opinó hoy la coordinadora residente de Naciones Unidas, Rebeca Arias.
“Yo diría que es una meta alcanzable, porque se ha tenido un promedio de 2% a 3% de reducción de la pobreza en los últimos años. Es una meta que incluso se puede superar”, declaró Rebeca Arias a la Agencia Andina.
En 2011, el 27.8% de la población total del Perú se encontraba en pobreza monetaria, porcentaje que se redujo al 25.8% en 2012, lo que representa unos 7.8 millones de peruanos, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Asimismo, Arias destacó que el presidente Ollanta Humala se haya referido a la necesidad de reducir la desigualdad ante el máximo foro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Él (Ollanta Humala) habla que la desigualdad se acentúa y cada vez se hace más profunda la brecha que margina a los pobres de los beneficios del progreso. Me parece relevante que se refiera al tema de la desigualdad”, agregó.
En ese sentido, la funcionaria internacional refirió que los programas sociales del Gobierno peruano van por buen camino, porque se enfocan, principalmente, en las poblaciones excluidas y pobres del país.
“Desde Naciones Unidas ofrecemos nuestra cooperación y trabajamos con el gobierno nacional y gobiernos regionales para acelerar las acciones que permitan al Perú cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio al 2015 y reducir las brechas de desigualdad y desarrollo”, apuntó.
También indicó que, si bien el crecimiento económico del Perú en los últimos años ha sido uno de los más elevados del mundo, lo que motivó una reducción de la cooperación financiera, aún se requiere de esta ayuda y de apoyo técnico, porque persisten las inequidades sociales.
Refirió que, al revisarse los indicadores de pobreza, desarrollo social, desnutrición, mortalidad infantil y mortalidad materna, se advierten desigualdades, sobre todo, entre las zonas rurales y urbanas.
“El crecimiento económico ha beneficiado de manera importante al país, principalmente, a las zonas urbanas de la costa, pero mucho menos a las zonas rurales de la sierra y la selva. Ahí hay una distribución inequitativa de los beneficios del crecimiento económico”, puntualizó.
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