En el escenario no solo los músicos son protagonistas. La gestión pública también cumple la función de sumar e impulsar el trabajo de los artistas independientes.
Así lo entendió la Gerencia de Cultura de Lima y, en 2012, propuso el festival Lima Vive Rock, que ha reunido no solo a músicos, sino a disqueras, textiles, fanzines, fotógrafos y más, en un evento que este año tuvo 30 mil personas. El ingreso fue libre y no se vendieron bebidas alcohólicas.
“La mayoría de capitales del mundo hace eventos que buscan fortalecer los mercados culturales. Es una plataforma que contribuye al desarrollo de la ciudadanía. Se justifica su continuidad”, indicó a Perú21 el subgerente de Industrias Culturales, Santiago Alfaro. Lima Vive Rock no debe dejar de sonar.
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