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Óscar Pajares, un cajamarquino que nos canta desde Corea del Sur

Ya tocó para algunos elegidos y anuncia el retorno de Ruido Negro, su banda emblemática.

Pajares es un apasionado del vinilo. Regenta una tienda de estos discos en las Galerías Brasil. En febrero organizará una feria.
Pajares es un apasionado del vinilo. Regenta una tienda de estos discos en las Galerías Brasil. En febrero organizará una feria.

Sus primeras canciones fueron los himnos que sus compañeros cajamarquinos de colegio coreaban en estadios y coliseos cuando se enfrentaban con colegios rivales.

Luego, ya en Lima y mientras estudiaba Ingeniería Industrial, formó I.N.R.I., una banda con espíritu alternativo y un poquito menos contestataria que POL…, su primigenio grupo de rock.

Terminada su carrera universitaria, Óscar Pajares, multinstrumentista y compositor cajamarquino, regresó a su tierra y con un grupo de adolescentes formó Ruido Negro, la banda rockera más importante fundada jamás en la tierra de Mario Florián y José Sabogal.

SONIDOS CON ALMA
Su primer himno fue A ciegas por un kamino, una tremenda canción que fue incluida en el soundtrack de Ciudad de M, la película basada en Al final de la calle, la novela de Óscar Malca.

Al mismo tiempo, lideraba una entrañable banda de ska llamada Kaliko y los Kaliches (“kaliche”, en jerga cajamarquina, es borracho) con la que realizó giras por el norte del país e, incluso, Lima, en memorables tocadas en La Noche de Barranco, el Sindicato de Trabajadores de El Comercio y El Averno.

Pero las inquietudes musicales de Óscar no se circunscribían al rock. Después de un profundo proceso de investigación, el hombre se convirtió, no solo en compositor de rock fusionado con folclor andino, sino en luthier de instrumentos cajamarquinos –en especial del clarín, una especie de trompeta hecha con un carrizo larguísimo y que genera broncos sonidos–.

Así nació Serrania, buena banda que impresionó a jazzistas de fuera y de aquí: uno de ellos, Jean Pierre Magnet.

Por cuestiones familiares, hace tres años se mudó a Corea del Sur. Allí tiene un trabajo ‘formal’, pero nunca abandonó la música. En estos años de ‘ausencia’, sacó al mercado dos discos notables: Los Clarines de Caxamarca, Volumen 1 y Volumen 2, este último considerado por Perú21 como uno de los diez mejores del 2014.

Óscar ha vuelto al Perú, pero solo de visita. Ya tocó para algunos elegidos y anuncia el retorno de Ruido Negro, su banda emblemática. Debería tocar también en Lima. Mientras eso se hace realidad, busque sus discos –suman diez– en las Galerías Brasil. No se arrepentirá.

DISCOGRAFÍA

  • Óscar Pajares y Miguel Garnett: A ojo de pájaro.
  • Serrania: En este mundo.
  • Óscar Pajares: Clarines de Caxamarca 1 y 2.
  • Otros: Ruido Negro (4), Kaliches por siempre y Música para dormir.

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