LA PAZ (AFP).– Un intercambio de insultos y acusaciones entre el oficialismo y la oposición tuvo lugar ayer, a dos meses de las elecciones generales en Bolivia.
El cruce de declaraciones ocurrió entre el vicepresidente y candidato al mismo cargo, Álvaro García, y la agrupación política opositora Unidad Demócrata, que respalda la postulación del empresario Samuel Doria Medina.
García señaló que el candidato opositor privatizó empresas del Estado cuando fue ministro y que recientemente propuso que las compañías petroleras que operan en el país ganen hasta el 50% de las utilidades, frente al 18% en la actualidad.
“Eso tiene un nombre y un apellido: de nombre vende-patria, de apellido vende-patria, de segundo apellido vende-patria”, afirmó García durante un acto público.
“Aquí hemos nacionalizado y ningún ‘tribilín’ (tonto) puede venir a quitarnos lo que hemos nacionalizado”, agregó.
Doria Medina respondió a las horas: “Nosotros no tenemos el corazón envenenado, no tenemos el corazón lleno de odio, no tenemos nuestra conciencia negra y, por lo tanto, no vamos a recurrir a insultos”.
A su turno, su acompañante para vicepresidente, Ernesto Suárez, atribuyó la reacción de García a que este fue acusado, en los últimos días, de tener vínculos ilegales con empresas privadas que proveen servicios al Estado.
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