Los estadounidenses empezaron a votar este martes en las elecciones de mitad de mandato que podrían dar una derrota al presidente Barack Obama, con sus opositores republicanos encaminados a controlar todo el Congreso, en estos comicios tradicionalmente crueles para el partido en el poder.
Los locales de votación se abrieron a las 6 a.m. en ocho estados de la costa este del país (Connecticut, Indiana, Kentucky, Maine, New Hampshire, New Jersey, Nueva York y Virginia) en unos comicios que renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 36 de 100 bancas del Senado, 36 de 50 gobernadores y una parte de los legisladores locales.
Los republicanos se encaminan, según los sondeos, a consolidar su dominio de la Cámara de Representantes y a alcanzar la mayoría en el Senado, bajo control demócrata desde 2006.
Los sondeos se mantienen cerrados, en algunos casos por debajo del margen de error, pero dan ventaja a los republicanos para conquistar las seis bancadas que requieren.
La atención estará centrada en 10 batallas claves por el Senado, 7 de ellas en estados perdidos por Obama en 2012. Actualmente los demócratas tienen una ventaja de 55 a 45.
Simultáneamente se realizarán consultas organizadas por cada estado, con temas que van desde la legalización o despenalización de la marihuana (Oregon, Alaska y Washington DC), el derecho al aborto o el aumento del salario mínimo, en otras jurisdicciones.
VOTO LATINO
Los republicanos insistieron durante meses en que la elección es un referéndum contra Obama, a quien culpan de la crisis en Siria, la falta de preparación frente al ébola y no le perdonan el sistema de salud, Obamacare.
Los demócratas padecen la relativa impopularidad de Obama, quien consciente de su status de imán de las críticas de los conservadores, se mantuvo alejado de las rutas de campaña y este martes se concentrará en reuniones previstas sobre temas de Defensa y el ébola.
Además su electorado clave, hispanos, al igual que los negros y jóvenes, votan en menor proporción que los conservadores, de mayor edad.
Un número inédito de latinos –25.2 millones según el instituto Pew– está llamado a votar en los comicios, pero se estima que acudan realmente unos 7.8 millones de electores, aún así un récord para la primera minoría del país.
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