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Estos tres casos de trabajos forzosos demuestran que la esclavitud moderna existe

Afecta a millones de personas en todo el mundo y el Perú no es una excepción.

Estos casos reflejan la esclavitud moderna.
Estos casos reflejan la esclavitud moderna.

El gran incendio en Las Malvinas, que ha dejado cuatro jóvenes desaparecidos y varios heridos en Lima, no ha dejado indiferente a nadie. Ni siquiera a la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La OIT se pronunció sobre este caso afirmando que “la realización del trabajo en condiciones de encierro representa una clara y manifiesta afectación a derechos fundamentales en el trabajo y a la dignidad humana”.

Además, sostuvo que esta tragedia refleja una triste y terrible realidad, que “nos aproxima a formas modernas de esclavitud como el trabajo forzoso, que afecta a millones de personas en todo el mundo y el Perú no es una excepción, enfatizó.

Trabajadores migrantes de la construcción

Amnistía Internacional advirtió en un informe en 2013 sobre las graves condiciones en las que trabaja los trabajadores migrantes contratados del sector de la construcción en Qatar. “Hay proyectos multimillonarios que emplean a trabajadores en condiciones de grave explotación”, advierte la entidad.

Los abusos existentes en este trabajo van desde el retraso o incluso el impago de salarios por parte de empleadores hasta la retención de los pasaportes de sus trabajadores como medida para impedirles salir del país. Otra medida es no gestionarles los permisos de residencia tal como dispone la ley, lo que deja indocumentados a los migrantes y expuestos a ser detenidos y deportados a sus países y sin acceso a atención médica.

Niños explotados en la industria pesquera

50 for Freedom es una campaña de la OIT que cuenta la historia de miles que son explotados en la industria pesequera y son obligados a realizar trabajos que ponen su vida en peligro. Ellos contaron la historia de un niño de tan sólo 15 años que se llama Kobina, y su pasado en Volta en Ghana está marcado por el trabajo arduo y la violencia.

El citado medio señala que “con insultos y golpes, lo obligaron a levantarse muy temprano en la mañana, trabajaba desde las 4 a.m. hasta las 2 p.m. echando y arrastrando redes y arriesgando su vida cuando se sumergía para soltar las redes de las ramas de los árboles en el fondo del lago”.

Una esclava del hogar a los 15 años

50 for Freedoom nos cuenta otra historia. Se trata de Henriette Siliadin, quien llegó a Francia a los 14 años y se convirtió en una víctima de trabajo forzado.

Este es parte de su relato: “Llegué a Francia a los 14 años, de Togo, acompañada por una señora que se llama Simone. Mis padres me habían confiado a ella, quien les había prometido que iría a Francia a trabajar en su casa, para ayudarla, continuar mis estudios y tener un futuro mejor”.

Pero no fue eso lo que pasó: “Después de dos meses, me di cuenta que no iría nunca a la escuela y que no tendría mis documentos en regla porque no me había declarado. Terminé trabajando casi cinco años en esa casa, comía las sobras de los niños, dormía en el piso, sin derecho a descansar o tener tiempo libre, a recibir educación o atención médica ni tampoco a salir de la casa”.

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