El presidente de Bolivia, Evo Morales, señaló a los obispos de la Iglesia Católica como responsables por la ola de robos perpetrados los últimos meses en varios templos, el más reciente ocurrido en Copacabana, el mayor santuario del país altiplánico.
“¿Quién maneja la llave de esa iglesia (de Copacabana)?, son los obispos y saben los obispos quién entra, quién sale, por tanto saben quién se lo saca las joyas”, dijo Morales en una declaración en Cochabamba, ciudad ubicada a 400 kilómetros al sudeste de La Paz.
Una fuente policial confirmó a la prensa de la detención preventiva de dos sacerdotes y un religioso de la Orden de los Franciscanos, además de un sacristán, con relación al reciente hurto de 18 piezas de oro de la Virgen de la Candelaria en el santuario de Copacabana.
“Sí, son tres los (religiosos) aprehendidos”, confirmó a la católica radio Fides el coronel Julio Mariscal, director de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (Felcc) de La Paz.
Otro sacerdote de Potosí también fue arrestado en las últimas horas en el marco de una investigación por el robo de un templo en los Andes bolivianos.
“A nuestro hermano cardenal (Julio Terrazas): no por culpa de algunos obispos nuestra Iglesia católica puede desprestigiarse y tiene la obligación, junto a la Conferencia Episcopal Boliviana, de dar un castigo severo para que nunca más algunos obispos roben de las virgencitas”, dijo Morales.
Entre marzo y abril cinco templos sufrieron robos de sus patrimonios, como piezas de oro y plata, y el más grave se registró el lunes en el santuario de Copacabana, 156 km al este de La Paz y sobre la frontera con Perú, cuya policía también participa en las pesquisas.
La Conferencia Episcopal explicó dijo a la AFP que desde 2012 se han reportado 20 robos en templos católicos, sin que se lograra capturar a los responsables.
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