Si las maldiciones siempre tienen un final feliz en Hollywood, en el deporte los guiones no encuentran el desenlace esperado. Porque lo sobrenatural parece intervenir en la sequía de títulos de diversos equipos. Si el ex DT Bela Guttmann tiene al Benfica llorando por su octava final europea perdida, otros casos también asustan.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, reveló que teme acudir a las misas porque los sacerdotes lo “maldicen” y “humillan”, en lugar de bendecirlo como gobernante.