Un puente inca milenario y ancestral, hecho enteramente de sogas de fibras vegetales que se renuevan todos los años. ¿De qué lugar hablamos? Pues del puente Q’eswachaka. Una construcción que se encuentra en Cusco y es reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2013.
Las técnicas milenarias y los rituales de las comunidades cusqueñas para renovar anualmente el puente colgante de fibra vegetal de Q´eswachaka ya forma parte del patrimonio mundial. La Unesco inscribió ayer dicho conocimiento en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, tras el acuerdo unánime de los más de 700 delegados de 24 países del mundo que se reunieron en Bakú, en Azerbaiyán.
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