1. Su nombre hace referencia a un grupo reducido de anticonceptivos orales (AOE), que deben ser utilizados en caso de emergencia para prevenir embarazos no deseados.
2. Son ingeridos en formato de pastillas, durante las primeras horas después de haber tenido relaciones sexuales. Se recomienda tomarlas entre las 72 horas después del sexo, aunque su rango de efectividad puede alcanzar como máximo las 120 horas.
3. Según la Organización Mundial de la Salud, su efectividad se encuentra entre un 52% y 96% de las ocasiones, siendo más efectivos mientras se consuman lo más pronto posible tras el coito.
4. Vale la pena recalcar que estas píldoras no representan ninguna protección contra las enfermedades de transmisión sexual (ETS). El preservativo es el único método aprobado.
5. El levonorgestrel es el componente base de esta clase de fármacos, y tiene varios efectos secundarios que varían de una mujer a otra. Puede causar infertilidad.
6. Además, la ingesta de esta clase de anticonceptivos puede causar irregularidades en el ciclo menstrual, cambios hormonales, acné y caída del cabello.
7. Asimismo, genera un síndrome pre-menstrual en la mayoría de mujeres, que puede incluir vómitos, diarreas, cólicos y dolores en el pecho.
8. Por ello, las píldoras del día siguiente solo deben ser utilizadas como un método de emergencia, en caso de que exista un inminente riesgo de embarazo no deseado.
9. En el Perú, el Ministerio de Salud no cuenta con cifras oficiales sobre su uso, pero según especialistas, representaría a un 30% de jóvenes sexualmente activas, entre 16 y 29 años.
10. La pastilla del día siguiente no debe ser utilizada de manera frecuente, o como método de planificación familiar. Se recomienda recurrir a ella, como máximo, tres veces al año.
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