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Richard Miñano, un artista para el medio ambiente

Desde hace diez años se dedica a hacer arte con material reciclado. Es escultor ambientalista, chorrillano y quiere pertenecer a Greenpeace.

Richard Miñano recicla para sus obras de arte. (Nancy Dueñas)
Richard Miñano recicla para sus obras de arte. (Nancy Dueñas)

Con todo lo que ha reciclado en los últimos diez años, Richard Miñano podría llenar por completo una habitación de cuarenta metros cuadrados. Lo que otros desechan o ya no usan más —botellas, ganchos de ropa, artículos de plástico— son los insumos principales que utiliza para construir su arte.

Calcula haber utilizado cuatro mil botellas plásticas para su obra. Una vez usó doscientas para hacer una escultura gigante de un delfín que sale del mar.

Richard Miñano no se considera solo un artista plástico, se presenta más bien como “escultor ambientalista”. Ya en la secundaria descubrió que, si algo iba a querer hacer toda su vida, era arte.

Cuando se dio cuenta de que de alguna forma podía unir sus intereses, sintió como si hubiese descubierto la pólvora. Entonces, se encaminó hacia el arte ecológico, en tiempos en los que todavía nadie hablaba demasiado de reciclaje, ni calentamiento global ni conciencia ambiental.

Vive en Chorrillos, cerca del mar, cerca de la playa Barranquito. Cuando está buscando materiales para su obra, va caminando hasta allí desde casa y se pasa horas retirando del mar y de la arena botellas, plásticos, etcétera.

Su padre —chorrillano, herrero, de manos fuertes— lo acompaña en la tarea. En los últimos años, se ha convertido en algo así como su representante y su mayor apoyo. La sensibilidad de Richard tal vez se deba en parte a que no escucha, solo puede leer los labios.

“Me preocupa todo el plástico que contamina el mar, el daño que le hace a las especies que lo habitan”, dice desde su taller: una habitación amplia e iluminada de una casa antigua en el distrito de Chorrillos. Su casa huele a mar y él ama el mar.

Aún no sabe por qué, pero tiene una especie de fijación con los delfines. Los dibuja y, al entrar a su espacio, lo primero que salta a la vista es una escultura de delfín que —contará luego de unos minutos— elaboró a partir de doscientas botellas de plástico recicladas.

MÁS QUE UN ARTE
Richard Miñano estudió Escultura en la Escuela de Bellas Artes. Domina la técnica y el lenguaje del arte, pero de lo primero que habla es de su preocupación ambiental. Le preocupa mucho, por ejemplo, la matanza de delfines en todo el mundo, también la contaminación, la tala ilegal y la deforestación.

Su primera exposición fue en el 2012, para una muestra colectiva de una empresa ecologista peruana, en la galería Juan Parra del Riego de Barranco. La muestra se llamaba “Océano plastífico” y Richard presentó ahí una escultura de un delfín que sale de una ola llena de desechos.

Se demoró cinco meses en concluirla y utilizó botellas recicladas y partes de computadoras que ya nadie usaba. El arte de Richard no solo es ecológico porque todos sus insumos son reciclados, sino porque su temática es para concientizar a las personas acerca de la contaminación ambiental y el peligro que corren las especies debido a la irresponsabilidad de la mano del hombre.

“Estoy contento de transmitir ese mensaje a través del arte”, dice.



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