San Valentín: Peleas y más peleas

“Peleamos todos los días. Bueno, exagero. Casi todos los días”, cuenta Clara (29). Ella, casada con Manolo (34), se ha dado cuenta de que ninguna conversación seria puede terminar sin que peleen o se agredan. Está harta de que sea así. “Llevamos siete años juntos. Al comienzo no nos peleábamos, pero la frecuencia y la intensidad de las discusiones han aumentado conforme ha pasado el tiempo. No hay agresiones físicas, solo verbales. Me gustaría hacer algo al respecto”, agrega.

“Siento que cada vez la quiero menos”, dice Enrique (27). “Me hace problemas por cualquier cosa. Desde por qué quiero ver fútbol el domingo hasta por qué quiero salir con mis amigos. Cualquier cosa es pretexto para hacerme líos”.

“No sé si se molesta porque es celoso o porque ya no me soporta”, revela una consternada Kathy (24) acerca de su enamorado. “Por ejemplo, la semana pasada salí al baby shower de una amiga y mi celular se quedó sin batería. Mi enamorado dice que me llamó mil veces. A pesar de que le conté qué había pasado con mi teléfono, se molestó porque yo podía estar haciendo ‘otras cosas’. Terminamos peleando, como siempre”.

“Jamás le he pegado. No, ni que fuera como ese político que sale en la tele. Hay límites, por más furioso que esté”, afirma Jonás (37). Está cansado de tener que pelear con su enamorada, como mínimo, una vez por su semana. “La amo, claro que sí, pero los dos tenemos muy mal carácter. Cero paciencia, cero tolerancia. No nos gusta perder, no sabemos cómo admitir que nos hemos equivocado”.

ACCIONES A TOMAR
La mayoría de las peleas se produce por detalles sencillos –tonterías, para decirlo claro– que se agrandan y arrasan con todo.

¿Qué hacer? Para Aldo Sánchez, gerente de la escuela Supera, la armonía en pareja se basa en la buena comunicación y el uso de “palabras mágicas”. Veamos. La comunicación, por un lado, sirve para descubrirse y comprenderse, para evitar crear chispas que encienden riñas.

Mientras que las palabras mágicas son frases como “lo siento”, “gracias”, “por favor”, entre otras que, dichas con cariño, fortalecen la relación.

Dicen que las parejas que no se pelean, no se aman. También dicen que reconciliarse es lo más emocionante de una relación. Lo cierto es que la pasión alimentada por el odio y la violencia, tarde o temprano, hace daño. Es mejor quererse sanamente. Sin trucos.

DATOS

- La rutina y los hábitos de convivencia hacen estallar a las parejas. Detalles como no ponerle tapa a la pasta de dientes, por ejemplo.

- Otro motivo común para pelear: los celos. Muchas personas, víctimas de sus propios miedos, son capaces de montar terribles escenarios de conflicto con el ser amado, simplemente, por sentirse celosas.