Margot y Renato se conocieron en su centro de labores y rápidamente se hicieron buenos amigos, por no decir cómplices. Trataban de coincidir a la hora del almuerzo para conversar y, a la salida del trabajo, él la llevaba hasta la puerta de su casa en su moderno auto.
Margot y Renato se conocieron en su centro de labores y rápidamente se hicieron buenos amigos, por no decir cómplices. Trataban de coincidir a la hora del almuerzo para conversar y, a la salida del trabajo, él la llevaba hasta la puerta de su casa en su moderno auto.