Para disfrutar el sexo no se necesita saber todo el Kama Sutra. ¿Para qué aprender 200 poses si una pareja puede estar feliz con tres o cuatro bien hechas? Sin embargo, le sugerimos explorar una postura sencilla pero a la vez divertida: la “vaquera invertida” (en inglés es conocida como “reverse cowgirl”). Consiste en lo siguiente: el hombre se recuesta sobre su espalda y la mujer se coloca sobre él, dándole la espalda. De esta forma, se procede a la penetración, cuyo ritmo, por cierto, será manejado por la mujer. Es una pose agradable por varias razones. Por ejemplo, el hombre tiene una visión inmejorable de las nalgas de su pareja, lo cual resulta muy excitante (recuerde que para el varón el estímulo visual es primordial). Asimismo, esta postura permite el roce del pene con el punto G femenino, lo cual podría provocar un gran orgasmo si es que ambos descubren la manera apropiada de moverse. Por otra parte, esta posición facilita la estimulación manual del clítoris, la cual puede ser ejecutada por la propia mujer o con ayuda del hombre.