Muchas personas buscan jugar sexualmente de diversas maneras, y para eso existen los vibradores. Estos objetos sirven para generar la satisfacción sexual durante la masturbación o las relaciones sexuales.
¿Por qué los vibradores tienen que ser tan malos? Algo así se preguntó Janet Lieberman, quien había comprado no pocos juguetes sexuales en Amazon. Con su título de Ingeniería Mecánica del Instituto Tecnológico de Massachusetts, ella se asoció a la Alexandra Fine. Pensaron en un vibrador para usar en pareja y sin necesidad de recurrir a las manos para su operación.
Un grupo de expertos de la firma de seguridad Pen Test Partners encontraron una vulnerabilidad en la seguridad de los vibradores con una cámara en la punta que existe en el mercado de los sex shops o tiendas sexuales.
El fotógrafo y videoartista Clayton Cubitt grabó a un grupo de mujeres leyendo fragmentos literarios mientras son excitadas sexualmente con un vibrador.
Un pescador noruego se llevó esta semana la sorpresa de su vida al encontrar un consolador de respetable tamaño en el vientre de un bacalao. A Bjoern Frilund, de 64 años, le llamó la atención la extraña forma de un pez de 5 a 6 kilos que acababa de capturar en su red, en la costa oeste de Noruega.
Reportuit
La Policía española investiga el envío en los últimos meses de varios paquetes con explosivos por parte de grupos anarquistas a personas relacionadas con la iglesia, entre ellos dos juguetes sexuales remitidos al arzobispo de Pamplona (norte) y al director de un colegio de Madrid.
“No es una competencia. Ningún pene puede tener las vibraciones del vibrador. Y ningún vibrador puede reemplazar al pene”. Ruth Westheimer, escritora y terapeuta sexual.
“No es una competencia. Ningún pene puede tener las vibraciones del vibrador. Y ningún vibrador puede reemplazar al pene”. Ruth Westheimer, escritora y terapeuta sexual.
Comprar un juguete erótico no implica desembolsar cientos de soles. Es verdad que hay dispositivos del placer sofisticados y costosos, pero no hay que desanimarse si uno no tiene presupuesto para tales gadgets. De hecho, para agregar más picante a la dinámica de pareja, uno puede recurrir a productos accesibles y no por ello menos traviesos. Una alternativa: los dados malcriados. No son los mismos con los que se juega Monopolio, ojo. Son, más bien, dados que vienen en pares y que en vez de números tienen, por un lado, acciones y, por otro, partes del cuerpo. Es decir, un dado presenta verbos como «besar», «lamer», «morder», en fin, y el otro dado, zonas como «labios», «pechos», «cuello», etcétera. Entonces, al lanzar ambos se arma una acción que se debe cumplir a cabalidad. Asimismo, para los amantes de la tecnología, hay una opción económica: usar el smart-phone. Hay aplicaciones gratuitas que convierten el teléfono en un vibrador. La forma de usarlo dependerá de la imaginación de cada pareja.
¿Qué es más fácil: quitarse la ropa o revelar los más profundos secretos eróticos? La revista Soho de Colombia consiguió ambas cosas. La siempre osada publicación ha reunido, en diversas piezas periodísticas, epidermis e intimidad, carne y pensamiento, materia y experiencia de un grupo de mujeres fatales de la sociedad colombiana.
¿Qué es más fácil: quitarse la ropa o revelar los más profundos secretos eróticos? La revista Soho de Colombia consiguió ambas cosas. La siempre osada publicación ha reunido, en diversas piezas periodísticas, epidermis e intimidad, carne y pensamiento, materia y experiencia de un grupo de mujeres fatales de la sociedad colombiana.
Los juguetes sexuales han evolucionado. En el mercado de hoy no solo encontrará piezas de colores chirriantes y materiales baratos, sino también dispositivos que combinan arte y tecnología. No basta con cualquier pedazo de plástico que vibre, así que los usuarios buscan aparatos más cómodos y sofisticados para la intimidad. Y, sobre todo, que brinden un máximo placer.
Los juguetes sexuales han evolucionado. En el mercado de hoy no solo encontrará piezas de colores chirriantes y materiales baratos, sino también dispositivos que combinan arte y tecnología. No basta con cualquier pedazo de plástico que vibre, así que los usuarios buscan aparatos más cómodos y sofisticados para la intimidad. Y, sobre todo, que brinden un máximo placer.
De acuerdo con Scientific American, los estadounidenses gastan 500 millones de dólares al año en juguetes sexuales. En Gran Bretaña, por otra parte, la cifra supera los US$400 millones. Esto resulta paradójico en tiempos de crisis financiera, ¿verdad? Sin embargo, hay una posible explicación. “En tiempos de alto desempleo y balances bancarios deprimentes, la gente pasa el tiempo bien ocupada”, señaló Stefan Dallakian, dueño de una tienda de juguetes eróticos, a CNBC. Es decir, los juguetes sexuales son herramientas para vencer las vicisitudes de la vida cotidiana. No hay empleo, cierto, pero que mejor que entregarse al placer sexual, aunque sea por unos momentos, para olvidarse de los problemas. Lo cierto es que, más allá de las crisis, el uso de estos aparatos se ha incrementado en todo el mundo. Por ejemplo, el vibrador, asociado siempre a prácticas solitarias de las mujeres, puede ser, más bien, un gran complemento para la pareja y un aliado poderoso para conseguir orgasmos. Haga la prueba.
El sexo es un mecanismo sublime para expresar amor. Mecanismo, ojo, según la Real Academia Española: proceso (sucesión de fases). Es decir, si bien parece un acto instintivo, salvaje, donde la espontaneidad y el momento están por encima de todo, el sexo es una puesta en escena, una performance, un acto que tiene pasos y recetas, etapas y convenciones.
El sexo es un mecanismo sublime para expresar amor. Mecanismo, ojo, según la Real Academia Española: proceso (sucesión de fases). Es decir, si bien parece un acto instintivo, salvaje, donde la espontaneidad y el momento están por encima de todo, el sexo es una puesta en escena, una performance, un acto que tiene pasos y recetas, etapas y convenciones. Por ello, antes de poner en práctica las enseñazas de Alessandra Rampolla o el Marqués de Sade, sea respetuoso, pregunte, consulte, negocie. En tal sentido, le presentamos algunos ejemplos para ilustrar esta idea.