Bloques de cemento y maderas con clavos son algunos de los residuos de construcción que se arrojan —al parecer sin ningún control— al mar de los distritos de San Miguel y Magdalena. Este es el lado oscuro del denominado ‘boom inmobiliario’, el cual viene contaminando playas de Lima y Callao.
El presidente de la ONG Vida, Arturo Alfaro, denunció que los municipios de Magdalena y San Miguel no fiscalizan a los transportistas informales que a diario arrojan desmonte a playas de la Costa Verde.
“Esto ocurre hace más de diez años. Los residuos que se tiran al mar provienen de diversos proyectos inmobiliarios que se han venido construyendo en estos lugares”, indicó.
Explicó que los desperdicios son llevados por la corriente hacia el Callao. Así, una de las playas más contaminadas en el Primer Puerto es Carpayo, comprobó Perú21. Este lugar ya no es apto para bañistas.
Ante ello, la Fiscalía Ambiental Provincial de Lima inició una investigación a las comunas de Magdalena y San Miguel por el delito contra la ecología. Además, la Capitanía de Puertos de la Marina las multó por la falta de control. Las sanciones han sido apeladas.
DESCARTA RIESGO
Al respecto, el alcalde de San Miguel, Salvador Heresi, negó que se esté afectando el mar.
Según dijo, un estudio de la empresa Environmental Laboratories Perú establece que las aguas no están contaminadas.
Magdalena no quiso pronunciarse sobre el tema.
DATOS
- La comuna de San Miguel aseguró que, este año, se han sancionado a 150 empresas por contaminación.
- La ONG Vida sugiere que las comunas tomen medidas, como la colocación de una malla de protección para evitar el arrojo de desmonte.
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