Contagiado por el espíritu navideño, Paolo Guerrero visitó el asentamiento humano Horacio Zeballos, en la zona de Flor de Amancaes, Rímac, donde participó en una chocolatada y entrega de regalos a los niños.
Si bien no habló con la prensa, pues su seguridad evitó cualquier tipo de contacto, el ‘Depredador’ aceptó tomarse fotos y firmar autógrafos a los más pequeños, quienes no imaginaban tener tan cerca al jugador que recientemente le dio al Corinthians el título del Mundial de Clubes.
El delantero deseó a sus seguidores que pasen una feliz Navidad en unión de sus familiares.
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