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¡Respeten a Lapadula! [Opinión]

A propósito del rechazo del delantero ítalo-peruano de jugar con la selección peruana, aquí te dejamos una lista de los nacionalizados que le dieron el sí a la blanquirroja.

Respeten a Lapadula. (La Presse)
Respeten a Lapadula. (La Presse)

La polémica por la posibilidad de que Gianluca Lapadula vista la casaquilla nacional ha reabierto el debate sobre si un nacionalizado –o un extranjero con doble nacionalidad en este caso– debe jugar por Perú. ¿Estás tú de acuerdo? Yo no.

En lo personal –no sé si a ustedes– me parece excelente, y hasta me causa alivio, que Gianluca Lapadula se quede en Italia, su país, y no venga a jugar por Perú. Nunca he estado de acuerdo con las nacionalizaciones ni con que un extranjero con doble nacionalidad, en este caso, juegue por el seleccionado de un país donde no haya nacido. Pienso que eso desvirtúa la representatividad de una camiseta. Por eso, y con uso de razón ‘futbolística’, jamás aplaudí las convocatorias de Quiroga, Julinho, Tempone, Balerio e Ibáñez (porque la de Humberto Ballesteros no la recuerdo).

A ver, aquí un recuento: el ‘Che’ Ramón Quiroga, Arancibia por su madre –en Argentina, tradicionalmente, no se utiliza el apellido materno–, ex Cristal, ex ‘U’ y ex CNI, se cuadró por vez primera bajo los maderos blanquirrojos en febrero de 1977, durante una lid amistosa con Hungría. Leo por ahí que jugó 40 veces por Perú, dos copas mundiales incluidas. Lo primero que se me viene a la mente sobre él es el penal que le atajó a Escocia –a un tal Masson– en Argentina 78, sus gritos con falsete para ubicar a su barrera y el gol que el polaco Grzegorz Lato, gran jugador, le hace en España 82.

Gianluca Lapadula

De su congénere Humberto Horacio Ballesteros, Hernández por su madre (subcampeón de la Copa Libertadores 1972 con la ‘U’, ex Chalaco, ex Boys, ex Muni), no recuerdo nada. Sólo sé que jamás pudo debutar con la camiseta peruana porque el entonces presidente Juan Velasco Alvarado no quería ni a cañones –era militar pues– futbolistas nacionalizados en la selección. Lo que sé de él, a posteriori, es que tiene una pizzería cerca del cruce de Benavides con Velasco Astete (ojo, no es publicidad) y que una vez me mandó al infierno, al carajo y a la ‘merdé’ cuando le pregunté, allá por 1997, cuánto había cobrado por nacionalizarse, nefasta sugerencia de un ex compañero del diario OJO.

EN VIDEO: Gianluca Lapadula le dio la victoria al Pescara sobre el Brescia el último sábado

Los otros nacionalizados son de reciente data: el buen Julinho (ex Defensor Lima, ex SC), quien viniera de aventurero al Perú con su amigo Lula y se quedara en filas granates, fue convocado por el ‘Ciego’ Oblitas para disputar las Eliminatorias de Francia 98, en la que marcó 2 goles, ambos a Venezuela. Otro che (¿otro?), Gustavo Tempone, Manterola por su madre (ex ‘U’, ex Boys, ex SC, ex Alianza y más), zurdo hasta para saltar soga (no hay zurdo malo, por cierto), disputó las Eliminatorias a Corea-Japón 2002 y la Copa América 2001. Sólo recuerdo un tiro libre de él contra Argentina que Samuel metió en su propio arco (¿habrá sido por causa común?) y que se casó con la hija de Alberto Espantoso, otrora presidente de Alianza Lima.



El autor de la nota (el primero de la izquierda) con Julinho cuando llegó al Perú en 1992

Además, el uruguayo Julio César Balerio Correa, QEPD (ex Sipesa, ex Cristal), luchó el boleto a Francia 98 y le atajó un penal al ‘Príncipe’ Enzo Francescoli en Montevideo. Su ‘partner’ Óscar Ibáñez, Holzmann por su madre (ex Mannucci, ex Muni, ex ‘U’, campeón de la Copa Sudamericana con el ‘Papá’ Cienciano, ex Boys), argentino él y de quien se decía que de noche era casi un nictálope bajo los maderos –o sea, medio ciego en la nocturnidad–, tapó 50 veces por Perú (¿tanto?): en tres Copas América, dos Eliminatorias (para las citas mundiales de 2002 y 2006), el invento llamado Copa Kirin, en 1999, y la Copa de Oro de la Concacaf 2000.

Gianluca Lapadula

En síntesis: cuatro arqueros, un delantero, un mediocampista; cuatro argentinos, un charrúa, un brasileño. Sin embargo, aun así, no obstante, la selección peruana, para peruanos; la de Bangladesh, para bangladesíes; la de Kazajistán, para kazajos; la de Madagascar, para malgaches, etcétera, etcétera. Gianluca Lapadula no tiene DNI; come pizza, no cebiche; es más italiano que el Coliseo de Roma. Una selección, yo creo, debe ser de autóctonos, vernáculos –no vernaculares, palabra que no existe–, oriundos, aborígenes. Es como si un extranjero gobernara el Perú. “PPK”, me advierten por ahí. Bueno, bueno, respondo, depende del cristal con que se mire.

Por Rafael Felices Taboada


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