Selección peruana Sub 15: No todo lo que brilla es oro

Carlos Bernuy (cbernuy@peru21.com)
La selección peruana Sub 15 está en el aire. Porque en este momento se encuentra volando rumbo a nuestro país y porque la nube de elogios parece ponerlos cientos de metros sobre la tierra. Una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud es un logro del presente, pero no tiene nada que ver con el futuro. Es un premio a un buen trabajo realizado en meses de entrenamiento y no garantiza éxito en lo que vendrá.

“Esto de la medalla de oro se terminó. Mañana el jugador se tiene que cepillar los dientes, se tiene que duchar, tiene que ser buen hijo, buen hermano y seguir jugando al fútbol”. Pablo Bengoechea, entrenador de la selección, tiene razón. Podemos discutirlo como técnico, pero como futbolista lo adoran en Peñarol y lo recuerdan con alegría en la selección uruguaya. Bengoechea describe en su frase algo muy sencillo, el darle a las cosas el lugar que se merecen en el tiempo indicado.

En su regreso al Perú, estos chicos tendrán que elegir entre las portadas, las fotos, los auspiciadores, las condecoraciones, los reportajes a sus mascotas o invitaciones a programas ávidos de rating, o hacer lo que le corresponde a un chico de su edad: colegio, universidad, formación de valores y mantener un correcto entrenamiento futbolístico. Allí es donde su formación mental y el apoyo familiar tendrán una dura prueba.

Nadie desmerece la medalla, nadie puede decir que no se emocionó con el himno nacional entonado o con los goles marcados, pero hay que recordar tantos ejemplos elevados al Olimpo y luego olvidados en la memoria de los resultados. En 2007, Perú clasificó al Mundial Sub 17, siete años después, ninguno de esos jugadores es siquiera suplente en la selección adulta.

Otro ejemplo: Luis Iberico fue el goleador de la Sub 15 en el Sudamericano y muchos lo pusieron como el nuevo artillero del fútbol peruano. Sin embargo, si Luis Perea y Santiago Silva marcan 15 goles cada uno por torneo, es difícil que San Martín les quite la titularidad y se la otorgue al juvenil. Los chicos deben estar preparados para asumir el reto cuando les toque, cuando el entrenador lo considere y no cuando cierto sector de la prensa o los empresarios lo determinen.

El destino dirá finalmente qué pasó, cuando de aquí a diez años hagamos la pregunta: ¿qué fue de los chicos que ganaron la medalla de oro en Nanjing? Ojalá que la respuesta esté en ESPN y no en los programas de farándula o en los compactos de la Copa Perú. Ojalá que en el aire, rumbo a Perú, ellos ya estén pensando en darle forma a su destino.