Quien busca un hogar, no debe descartar la posibilidad de adquirir una casa o un departamento usado.
El principal beneficio de una vivienda de este tipo es el precio, el que suele ser entre 20% y 30% más barato que un inmueble nuevo de similares características, refiere Miguel Cavero, gerente de la agencia de asesoría Inmobilex.
“Así, y por un valor menor, una persona puede acceder a una vivienda de mayor tamaño o mejor ubicada que una nueva”, apunta. Otra ventaja es que se puede conocer con antelación cómo es la convivencia con los vecinos, las costumbres y las reglas que tienen. Si no le gusta, puede abstenerse de vivir en ese lugar.
EL PESO DE LOS AÑOS
En contraparte, uno de los principales riesgos de una vivienda usada es el deterioro que pueda tener debido al paso del tiempo.
“Lo recomendable es comprar una propiedad con no más de diez años de antigüedad, pues sino el mantenimiento resulta más caro que comprar un departamento nuevo”, anota Cavero.
Además, recomienda cuidar que el costo de las reparaciones necesarias (pintura, instalaciones eléctricas, etc.) no supere el 10% del valor del inmueble.
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