Los principales gremios del país cerraron filas ante la intervención de empresas estadounidenses en el mercado laboral peruano, luego de que representantes de marcas como Nike, Calvin Klein, Wrangler, Lee, Northface, Nautica y Timberland pidieran la derogación de la Ley de Promoción de Exportaciones No Tradicionales, que dispone un régimen especial temporal para los trabajadores de ese sector, al argumentar que esta viola derechos de los empleados.
“No puede aceptarse una intervención en los asuntos internos del Perú, ni comentarios dirigidos a desinformar”, señalan la Asociación de Exportadores (ADEX), la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), la Cámara de Comercio de Lima (CCL), la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), la Cámara de Comercio Americana del Perú (Amcham Perú) y la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), en una carta enviada al presidente Ollanta Humala.
“La modificación de un régimen legal que hoy permite la creación y sostenimiento de cientos de miles de empleos en el Perú, debe evaluarse de manera muy prudente y sin interferencias motivadas en el interés de hacer al Perú un exportador menos competitivo. Debemos continuar siéndolo y esta normativa no lo permite”, agregan.
Dichos gremios aseguran que la mencionada ley es conocida por todos los países con los cuales Perú ha suscrito un TLC, incluso con Estados Unidos y los miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Lo cierto y concreto señor presidente es que las empresas exportadoras peruanas cumplen con todas las leyes laborales vigentes, las cuales se basan en los lineamientos de las normas internacionales y los convenios de la OIT que el Perú —a diferencia de Estados Unidos— sí ha ratificado. Es más, nuestras empresas exportadoras cumplen con estándares de condiciones de trabajo incluso mayores que las exigidas por las leyes peruanas”, sostienen.
La Ley de Promoción de Exportaciones No Tradicionales permite, según dichos grupos, que ante escenarios de crisis internacionales, como la actual, y la sufrida en los años 2008- 2009, las firmas puedan poner a buen recaudo la mayor proporción de empleos posibles sin perder competitividad.
Si no existiera esta norma, agregan, la gran mayoría de empresas exportadoras, especialmente confeccionistas, habrían tenido que cerrar por la abrupta caída de la demanda global.
Lee la carta enviada a Humala Tasso aquí.
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