Javier Artica
Óscar Carrillo, quien ingresó a la telenovela Mis tres Marías en reemplazo del fallecido actor Ricky Tosso, ahora es el temible ‘Gaspar’.
¿Qué le ha parecido actuar en la telenovela Mis tres Marías?
Ha sido muy diferente a otras experiencias porque tuve que reemplazar a Ricky Tosso y su personaje. Era muy notorio, pero pude hacerlo mío rápidamente y le di mi estilo.
¿Y qué es lo que más rescata de su personaje ‘Gaspar’?
Es un villano que tiene objetivos económicos, pero su gran interés es el amor de ‘María Esperanza’. Sin embargo, es vulnerable ya que está muy enamorado y siente que no habría ninguna posibilidad por la diferencia de edades.
¿Se siente cómodo interpretando a un villano?
Los villanos se disfrutan mucho. Los buenos están encerrados con parámetros morales concretos; en cambio, un antagónico tiene más libertad de hacer cosas. Los papeles de buenos no siempre, pero a veces, pecan de mensos.
¿Qué le parece que chicos reality ingresen a la actuación?
Hay muchas entradas para la actuación. Unos lo hacen por escuelas, otros del modelaje; entonces, ¿por qué no gente de realitys? Si entras es para aprender, pero si estás para ser una súper estrella, creyendo que por algunas escenas ya eres actor, eso es otra cosa.
Un caso peculiar pasó con Angie Arizaga y Nicola Porcella.
Leí la discusión y la reacción de ellos cuando se les criticó. Fue de cinismo, como diciendo: ‘actor de medio pelo, por envidia me critica’. No es la actitud de quien quiere aprender y ser parte de la actuación, eso lo hace alguien que se aprovecha de un regalo que le han hecho.
¿Los llamaría para actuar?
Esa es una opción que no elegiría porque sería un dolor de cabeza. Pero también entiendo por qué los llaman, por la publicidad, y tienen todo el derecho. Lo que sí he hecho es llamar a actores que nadie llamaba.
¿Actuará en el cine?
A inicios de año grabé con Aldo Miyashiro la película Sangre, corre, late, y supongo que saldrá el próximo año.
¿Y no se anima a dirigir cine?
He dirigido teatro y televisión, pero todo actor sueña con hacer una película. En el teatro, algunas veces lo hago con un sentido cinematográfico y tengo historias medio escritas, así que algún día me animaré y perderé el miedo al error.
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