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Yoko Ono: “25 cosas que incluso mis mejores amigos no sabían de mí”

Con motivo del cumpleaños número 81 de la viuda de John Lennon, traemos una lista de datos curiosos que ella misma elaboró y volvió viral en Internet.

(Internet)
(Internet)

1. “Me gusta mover los dedos de mis pies cuando estoy esperando algo, así sea en la sala del dentista. Hace que me sienta menos nerviosa”.

2. “Prefiero estar con los pies descalzos siempre que es posible. Los lugares en los que definitivamente estoy descalza son: a) mi casa b) la cama c) la ducha. ¿Qué hay de malo con eso? ¿Adivinaron? Bueno, nunca se sabe…”

3. “De hecho, amo levantar mis pies al final del día y mirarlos, y que se vean bien. Les digo en mi mente: ─Gracias por llevarme por tantos años y tantos lugares, y todavía hacerlo, con pasos muy felices. ¡Son los mejores!─”.

4. “Tengo piernas muy cortas, que combinan con mi baja estatura. El hecho de que sean tan cortas hace que sea más fácil andar con ellas. ¿Se imaginan que tuviese piernas largas? Seguro cada una iría en una dirección diferente, o algo por el estilo. ¿Entonces qué haría? Las piernas cortas me vienen bien”.

5. “Okey, debo confesarlo, amo ponerme tacos. Amo ponerme pantimedias de seda. Amo ponerme hot pants. Cuando me armo con esas tres prendas me siendo una chica ruda de los años treinta. Si no me mirara en el espejo, seguro me confundiría a mí misma con Rita Heyworth o Marlene Dietrich. ¡Qué genial es eso!”.

6. “Olvidé contarles acerca de mis tobillos, pantorrillas y muslos. Bueno, será para luego”.

7. “Debo retroceder y contarles acerca de mis zapatos bajos. Cuando los usaba en el campus de la universidad, en los cincuenta, tenía un par con hueco, por el que se salía uno de mis dedos. Me parecía algo tan creativo. Adonde fuera, las chicas del campus veían el dedo, y me expresaban su desaprobación con la mirada. Me encantaba. Pero no son tan especiales para mí como los tacos. No hacen mi corazón latir más rápido”.

8. “Hablemos ahora de mis guantes. Amo los guantes. Tengo guantes de cuero, de encaje, satinados. Largos, medianos, cortos. Todos se ven muy bien, pero odio usarlos. Es una pena, porque podría ponérmelos y verme súper perspicaz. Pero no me gustan, porque mis manos no pueden respirar a través de ellos propiamente. A mis manos les encanta sentir el aire, la brisa, el viento y el sol. Así que me pongo los guantes que más me gustan y combinan con mi vestuario para salir, pero me los quito inmediatamente. En realidad, es una pena. Mis manos son huesudas y pequeñas, y esa no es una buena combinación. Me encantaría poder mostrar los guantes en vez de mis manos, pero así es la vida”.

9. “Amo los anillos, pero por alguna razón, al igual que con los guantes, me los quito inmediatamente apenas estoy sola. Voy a las inauguraciones usando un lindo anillo, y al salir, apenas subo al auto, lo primero que hago es quitármelo y ponerlo en mi cartera. No me gusta sentir que hay algo que restringe a mis dedos”.

10. “Hablando de cosas que me molestan: odio ponerme cosas en la cara. Dicen que es mejor ponerse un poco de crema en el rostro, para no arrugarse como una patata vieja. Así que tengo todas esas cremas que promocionan en los anuncios, pero una vez que me las pongo, me hacen sentir tan pegajosa que necesito limpiarlas inmediatamente con una toalla caliente. No puedo evitarlo, mi propia cara se rebela contra la pegajosidad. Hablando de cosas pegajosas, una vez me puse un barro verde en el rostro y tuve espinillas por una semana entera. Eso no fue para nada bueno”.

11. “¡Sombreros! Creo que todo el mundo tiene la vaga idea de que me encantan, ya que siempre estoy usándolos. En caso de que piensen que tal vez estoy tratando de ocultar un hueco de calvicie en mi cabeza, o algo por el estilo, me los quito de vez en cuando para mostrar mi frondosa cabellera. Después de un rato, me los vuelvo a poner. La razón es tan compleja que probablemente debería visitar a un psiquiatra, y aun así, seguro no descubriría porqué lo hago. Yo no voy al psiquiatra, así que nunca lo sabré. Quizás, solo me gusten los sombreros. O tal vez, crea que me veré más alta si me pongo uno. Por supuesto, no estoy diciendo que tenga algo malo en la cara, cariño. Una chica no tiene porqué esconderse detrás de un sombrero, nunca. Incluso, si tuviera un par de arrugas y sombras, harían que se viese más interesante. Eso es lo que dicen”.

12. “Toda mi vida, mi madre me ha dicho que tengo las mandíbulas grandes, como las de un hombre. No son femeninas, creo que las heredé de mi padre, así que no diré que soy particularmente femenina. John solía decirme “¡muéstrame tu cara!”, y retiraba el cabello de mi rostro. ─Mírate, si eres hermosa. No sé por qué te escondes detrás de tu cabellera─. Antes me ocultaba”.

13. “También ocultaba mis manos en los bolsillos siempre que podía. Mi madre nunca me hizo notar que mis manos eran fibrosas, pero lo eran”.

14. “Mi cabeza es inusualmente larga para mi pequeño cuerpo, John me decía ‘Marciana’”.

15. “A veces miro al cielo y siento que mi hogar está muy lejos de aquí, así que tal vez si sea una marciana, o el resultado de un cruce embriones de hace miles de años”.

16. “Antes me encantaba caminar sin rumbo fijo. Solía deambular unas siete millas en la ciudad, e iba a la velocidad del viento. No puedo hacer eso ahora, si lo hiciera sería muy injusto para mi personal de seguridad”.

17. “Pese a eso, tengo toneladas de cosas divertidas por hacer en casa. La mayoría de gente piensa “¿qué?”, porque les gustaría que le pusiera un nombre a lo que hago. ¿Cuál podría ser el nombre para eso? Me gusta distraerme por ahí en mi departamento, arreglar los cuadros torcidos, y mirar hacia el parque mientras sueño despierta”.

18. “Es tan lindo mirar al cielo desde la pequeña abertura de la ventana antigua de mi apartamento”.

19. “Pienso en los días donde existían dioses y diosas que jugaban a la pelota con los planetas. Éramos más grandes que los dinosaurios, pero ahora nos sentamos como buenas niñas y niños, para observar una pequeña pelota de tenis moverse de izquierda a derecha. Nos olvidamos de esos días en los que jugábamos con pelotas más grandes. ¿Qué pasará cuando nos encojamos más y seamos del tamaño de las cucarachas? ¿Seguiremos jugando con algo que haga eco de los tiempos en los que éramos más grandes?”.

20. “Cuando la guerra empezó, pensé que sería más económico tirar bolsas con diez mil dólares desde el cielo a la gente del país. Hubiese sido más barato, y lo que la gente necesitaba. Ahora no tenemos suficiente dinero para hacer eso”.

21. “Cuando sueño despierta, voy hasta el final de la Tierra y regreso. Es un lindo ejercicio”.

22. “A veces simplemente voy a la ciudad que amo. Una vez viajaba bastante bajo en Génova y vi a un amigo caminar. Lo interesante está en que ese amigo había muerto diez años atrás. Él no tenía ninguna razón para estar en Génova, pero quería compartir esto con ustedes, porque parece que simplemente deambulamos por donde nos agrada y por donde queremos. Sin razón alguna. Yo amo eso”.

23. “Ahora que saben tanto sobre mí, no debería llegar al punto 25 de esta lista, ¿o sí? Para el número 23, digamos, que soy una persona que necesita mucho tiempo para sí misma. Si no tengo el tiempo, lo encuentro de todas maneras. Mi madre solía agitar las manos frente a mí preguntando “Yoko, ¿estás ahí?”. Bueno, si siempre hubiese estado ahí, no sería yo misma, ¿o sí?”.

24. “John y yo sentíamos que éramos como personajes en una historia de H. G. Wells. Dos personas que caminaban muy rápido, y a las que nadie podía ver. Eso creaba un problema, porque a veces solo queríamos tener una buena conversación con nuestros amigos”.

25. “En un día, a veces puedo sentir tanto amor por el mundo que siento que mi corazón va a explotar. Otras veces, me siento aterrorizada y quiero encogerme todavía más. Creo que eso fue lo que sucedió con nosotros, dioses y diosas. Como los dinosaurios, nos dimos cuenta de que es muy peligroso ser tan grandes. Por eso, nos hemos encogido hasta lo que somos ahora. Quizás nos encojamos todavía más, he visto señales de eso en los ingenieros, que fabrican aparatos cada vez más y más pequeños. Muy pronto, nuestros dedos serán muy largos para operarlos. ¿Qué estamos haciendo? Creo en la sabiduría de la humanidad, somos seres increíblemente inteligentes, así que tal vez sepamos algo sin pensar que lo sabemos. Bueno, incluso mis mejores amigos no sabían hasta ahora que estaba pensando en cosas tan locas, como esta”.


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