La siempre sombría prisión de Alcatraz, en la bahía de San Francisco (Estados Unidos), alberga por estos días una instalación con trabajos del provocador artista chino Ai Weiwei.
Los visitantes pueden pasearse por una exposición compuesta por una gran variedad de piezas multimedia, algunas de ellas dedicadas a los activistas que luchan por la independencia de Tíbet y a los presos de conciencia en todo el mundo.
‘@Large’, como ha sido bautizada la exhibición, recupera elementos de la tradición china como las flores de porcelana o las cometas en forma de dragón, que Weiwei dispone en las salas de la antigua prisión de máxima seguridad para crear siete instalaciones, todas ellas cargadas de simbolismo.
“Este proyecto abarca temas como los Derechos Humanos, la libertad de expresión, las responsabilidades individuales y el papel de la comunicación para crear una sociedad justa”, explicó la curadora de la exhibición, Cheryl Haines, para quien el hecho de que una de las prisiones más famosas del mundo acoja esta muestra tiene un profundo significado.
Antes de aceptar la propuesta de Weiwei, el Servicio de Parques Nacionales de EEUU rechazó numerosas colaboraciones artísticas en Alcatraz. No obstante, las obras del artista reflejan su propio cautiverio por ser un acérrimo crítico del régimen de Pekín.
Weiwei no puede salir de China y está bajo la vigilancia de las autoridades del gigante asiático por su arte de denuncia. Por ello, esta exposición –se prolongará hasta fines de abril 2015– se inauguró en ausencia del artista.
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