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Brasil: Dilma Rousseff estudia renunciar y adelantar nuevas elecciones

Se estima que el juicio político podría iniciar el 11 o 12 de mayo.

Medio brasileño informa que Dilma Rousseff estudia renunciar al cargo y convocar a elecciones. (AFP)
Medio brasileño informa que Dilma Rousseff estudia renunciar al cargo y convocar a elecciones. (AFP)
Carlos Viguria

Carlos Viguria

@cviguria

El diario O Globo informó en su edición de este lunes que ante la amenaza de ser destituida de la presidencia de Brasil , Dilma Rousseff estudia la posibilidad de renunciar a su cargo y solicitar al Congreso que se convoque a nuevas elecciones presidenciales el 2 de octubre.

El escenario de la destitución no es descabellado. Tal como informa la agencia AFP, expertos y sondeos, es probable que el Senado apruebe el juicio político contra Rousseff, por lo que sería suspendida del cargo por 180 días para afrontar el proceso que le sigue por acusaciones vinculadas al maquillaje de las cuentas públicas que beneficiaron su campaña de reelección.

Se estima que el juicio político podría iniciar el 11 o 12 de mayo.

El impeachment ya fue aprobado por la Cámara de Diputados por una fuerte mayoría el pasado 17 de abril, en medio de una crisis política a raíz de las investigaciones por corrupción en la estatal Petrobras y por la actual crisis económica que afecta al país.

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Por su parte, Rousseff ha declarado que es es víctima de un “golpe de Estado” impulsado por la oposición. También aseguró ayer, en un evento realizado por sindicatos con motivo del Día Internacional del Trabajo, que “resistirá y luchará hasta el final”.

Su eventual renuncia puede ser parte de una estrategia para forzar a renunciar al vicepresidente Michel Temer, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), un colectivo que cogobernaba con el Partido de los Trabajadores pero que rompió su alianza en marzo pasado. Actualmente, Temer es uno de los principales impulsores del juicio político y llamado “traidor” por los oficialistas.

El senador Paulo Paim, del PT, declaró al diario brasileño O Globo que “percibimos que el juicio político está avanzando y decidimos en el medio del camino encontrar una alternativa. En el PT crece el apoyo a esta medida. Además, las encuestas dicen que la población quiere nuevas declaraciones”.

Al respecto, un sondeo preparado por Ibope informó que un 62% de la población considera que la crisis política se resolvería con la renuncia de Rousseff y Temer y la convocatoria a nuevas elecciones.

No obstante, Paim admitió que el PT no cuenta con los votos suficientes en el Congreso para aprobar el pedido de nuevos comicios para octubre —mes en el que están previstas las elecciones municipales en Brasil—, que requeriría el apoyo de tres quintos de cada cámara (es decir, 308 votos en Diputados y 49 en el Senado).

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El diario brasileño reportó también que esta medida no cuenta aún con el consenso total de los ministros aliados y enfrenta resistencias en el partido Movimiento de los Campesinos Sin Tierra (MST), uno de los principales aliados del gobierno.

La agencia AFP señaló que se buscó declaraciones de la Presidencia pero no quisieron comentar sobre esta información.

SEGUIRÍA PASOS DE FERNANDO COLLOR DE MELLO
Cabe precisar que la decisión de Rousseff no sería alejada de la historia del Brasil. Años atrás, en 1992, el ex presidente Fernando Collor de Mello formó parte de un juicio político, el primero que se realizó en América Latina, al ser acusado de formar parte de una red de lavado de dinero y tráfico de influencias que fue encabezado por el tesorero de su campaña presidencial, Paulo César Farias. Las acusaciones contra el mandatario por estos delitos partieron de su propio hermano, Pedro Collor de Mello.


Al igual que con Rousseff, el proceso se inició con la instalación en el Congreso de una Comisión de Investigación al presidente quien además fue acusado por haber financiado ilegalmente su campaña y de pagar los gastos de su residencia con el dinero lavado de Farias.

Igualmente como se aprecian en las últimas noticias que provienen de Brasil, Collor de Mello, quien fue el presidente elegido más joven de la historia de Brasil, solicitó a sus simpatizantes salir a las calles su apoyo e impedir su salida del gobierno.

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Ante ello, se realizaron también contramarchas convocadas por la oposición. Se reportaron 750 mil personas en las calles que solicitaban el juicio político contra Collor de Mello y su destitución. Por entonces, fue una de las más grandes protestas que se hayan hecho en Brasil. Igualmente, cabe recordar meses atrás las marchas contra Rousseff alcazaron los tres millones de personas.


El impeachment era impulsado por el entonces líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue además el principal contendiente de Collor de Mello en las elecciones presidenciales (Lula obtuvo el 37.86 de los votos mientras Collor de Mello, 42.75).

Actualmente Lula, apoya a Rousseff y considera que el juicio político contra su sucesora es un “golpe de Estado” de la oposición. Asimismo, el fundador del PT es investigado por lavado de dinero y falsedad ideológica producto de las investigaciones de la operación Lava Jato.

La Comisión especial del Congreso señaló en ese entonces que Collor de Mello había recibido 6.5 millones de dólares de la trama de corrupción para financiar sus gastos personales.

Ante ello, el 29 de setiembre de 1992, la Cámara de Diputados aprobó el inicio de un juicio político contra Collor de Mello por 441 votos a favor y 33 en contra.

Posteriormente, el 1 de octubre de 1992, la Cámara Alta del Senado, aprueba por mayoría simple el inicio del impeachment y Collor de Mello es separado de la presidencia al día siguiente.

El vicepresidente Itamar Franco asumió el cargo y eligió a los miembros de su gabinete.

Durante el proceso, Collor de Mello presentó su renuncia a la presidencia del Brasil el 29 de diciembre de 1992, empero, el acto no evitó que el Senado determinara su culpabilidad. Por ello, Collor de Mello perdió todos sus derechos políticos por ocho años.

Actualmente, el ex presidente Fernando Collor de Mello también forma parte de la investigación de la operación Lava Jato.

La historia en Brasil podría repetirse.


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