Esteban Acuña
@estebanbigotes
Todo comenzó cuando el pasado 15 de octubre se inauguró en Chile la primera Farmacia Popular Ricardo Silva Soto en Recoleta, una de las 37 comunas de Santiago. El objetivo: lograr que los medicamentos lleguen a mucho mejor precio a la población.
La iniciativa, impulsada en la comuna de Recoleta por el alcalde comunista Daniel Jadue, puso nuevamente en la mesa los altos precios que cobran por remedio las cadenas privadas que dominan la industria farmacéutica chilena.
En la calle, los vecinos que se acercan en busca de información miran incrédulos cuando les explican que no hay requisitos, que se trata de un beneficios para todos los habitantes de Recoleta. Los únicos que se van decepcionados son las personas que llegan de otras comunas preguntando si ellos también pueden comprar allí.
El proyecto fue aplaudido por casi todos los sectores y recibió un fuerte respaldo del Gobierno. En el Congreso, el debate de la iniciativa fue intenso. Una de las presentaciones más enérgicas fue la que realizó la diputada del Partido Comunista e integrante de la Comisión de Salud, Karol Cariola, quien se mostró a favor de esta medida.
¡¡ NOTABLE !! Intervencion de la Secretaria General de las Juventudes Comunistas de Chile con respecto a las farmacias populares
Posted by Francisco Bustos Inalef on viernes, 6 de noviembre de 2015
En Chile, el 90% del mercado lo dominan tres grandes cadenas: Cruz Verde, asociada a la mexicana Femsa; Farmacias Ahumada, de la estadounidense Walgreens, y la chilena Salcobrand.
Todas estas empresas fueron acusadas por colusión en dos oportunidades, en 1995 y en 2008, por lo que la discusión sobre los precios de los medicamentos siempre ha estado en tela de juicio.
Por eso, en tiempos de desconfianzas y colusiones de las grandes cadenas (como en el último caso detectado en las empresas de papel higiénico) las farmacias populares gozan de gran aprobación.
Si un aspirina de 100mg se vende US$8.6 en las cadenas privadas, en la farmacia popular su precio baja a US$1.7. Si un antihipertensivo como “Hidroronol T” lo compras US$152 y US$195, en la farmacia popular lo encuentras a US$14.4. Si quieres más ejemplos basta con que mires este recuadro.
INFOGRAFÍA| Alarmantes diferencias de precio entre la Farmacia Popular y las grandes cadenas https://t.co/2J1eColAB6 pic.twitter.com/dW2hl1tm7p
— El Desconcierto (@eldesconcierto) octubre 30, 2015
¿POR QUÉ CUESTA 10 VECES MENOS?
Las cadenas privadas de farmacias argumentan que los laboratorios les cobran más a ellos que a la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast), que es el organismo fiscal que adquiere los remedios para el sistema público. Esos montos de compra y venta, dicen, inciden en el precio que paga el consumidor.
Entonces, lo que hizo la municipalidad de Recoleta fue tomar el dinero que ya empleaban en comprar remedios para sus vecinos en las grandes farmacias, y lo usaron para adquirir los fármacos a la estatal Cenabast.
Comprando de acuerdo a las recetas de sus vecinos, la farmacia popular funciona en la práctica como un canal de compra y venta, sin fines de lucro.
Los adversarios de la iniciativa calificaron la idea como “demagogia de la izquierda”. Su mayor opositor, el senador de la UDI, Víctor Pérez, descartó esta idea argumentando que los sectores más vulnerables pueden acceder a remedios gratuitos en el servicio público.
En las editoriales de los dos principales diarios de Santiago —El Mercurio y La Tercera— criticaron que el proyecto generará expectativas desmedidas.
Pese a todo, ahora muchos chilenos piden iniciativas similares a las que puedan tener acceso todos y hasta políticos de derecha están pensando en emular la idea.
La iniciativa ya fue respaldada por la ministra de Salud de Chile, Carmen Castillo, y planteó dar curso a una modificación legal que fortalezca la venta de remedios en los municipios. Todo eso está por verse.
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