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Columna Eduardo Ferreyros

La Constitución del Perú indica expresamente que no se pueden convocar a referéndum las normas de carácter tributario (entre otras excepciones). Se imaginan ustedes el resultado de un referéndum en el Perú donde la pregunta sea: ¿Quiere usted eliminar el pago de impuestos?

Durante la campaña electoral, casi cualquier reforma del Poder Ejecutivo o el Congreso que no vendía políticamente ni atizaba la pelea quedaba oculta detrás de la discusión diaria en titulares y columnas de periódicos. Esto pasó con la Ley de Exportación de Servicios. A finales de mayo, el Congreso aprobó, correctamente, una ley para promover la competitividad en las exportaciones de servicios. El pasado 17 de junio el Ejecutivo la observó.

Al momento de escribir estas líneas, por un pequeño margen de 0.64%, PPK sería el próximo presidente del Perú. Ahora es momento de voltear la página y buscar acercamientos, dejar atrás la pugna electoral, olvidar los agravios de lado y lado, y mirar al futuro.

En el 2001, el 55% de los peruanos eran pobres. Hoy, la pobreza sigue instalada en el Perú: 22% de la población sigue en estado de pobreza. Dicho eso, no podemos negar que reducir la pobreza en 33 puntos en los últimos 15 años es un logro que no muchos países pueden exhibir.

Hace unos meses escribimos sobre la necesidad de cambiar el marco regulatorio para que las empresas puedan donar los alimentos que perdieron valor comercial, pero que están aptos para el consumo humano, en lugar de destruirlos, como lo hacen actualmente. Esta propuesta, impulsada por ComexPerú, busca promover la donación de alimentos a instituciones sin fines de lucro, como un banco de alimentos, para que sean distribuidos gratuitamente entre la población más vulnerable. Repetimos, la ley actual promueve que las empresas destruyan alimentos en lugar de donarlos.

Hay países que para “proteger la industria nacional” buscan evitar el ingreso de productos extranjeros a su territorio y así quitarles toda competencia externa a los productores nacionales. Esto lo logran imponiendo impuestos altos a la importación (aranceles) o creando barreras “técnicas” que impidan el cruce de frontera a los productos que vienen del exterior. Cuando esto sucede, los industriales nacionales viven temporalmente en el paraíso. Tienen el mercado para ellos solos y venden sus productos a precios altos y no se esfuerzan en mejorar la calidad, ya que de todas maneras les tendrán que comprar a ellos. Y bueno, compiten con el contrabando y mercado negro que las políticas proteccionistas generan.

Apagones diarios, racionamiento de agua, eliminación de jornadas de trabajo, escasez de alimentos y medicinas, inflación de 700%, presos políticos, control de libertades y muchas otras miserias es lo que está viviendo Venezuela hoy en día.

Susana Villarán, durante su gestión municipal, inició una reforma del sistema de transporte público que resultaba urgente. Si bien no era la gran reforma que esperábamos, iba en el sentido correcto de iniciar la formalización de la operación de transporte público y, entre otras medidas, se creaban corredores viales para las vías más importantes y congestionadas de la ciudad.

Todo parece indicar que en muy poco tiempo caerá el gobierno de Dilma Rousseff. La Cámara de Diputados, en gran mayoría, votó por la apertura de juicio político que podría terminar con su destitución, lo que decidirá el Senado. Brasil profundiza así una crisis política que terminará con 13 años de hegemonía del Partido de los Trabajadores (PT).

Durante la campaña, políticos y opinólogos suelen repetir hasta el cansancio “que el pueblo decida”, “la verdadera encuesta se dará el día de las elecciones”, “la voz del pueblo es la voz de Dios”, “los peruanos no se dejan manipular”, “el pueblo es inteligente y sabe por quién votar”.

La idea de un debate presidencial es que los peruanos podamos conocer las propuestas de los posibles gobernantes, contrastar ideas entre adversarios y poder decidir a quién le entregamos el poder. Escuchar a los candidatos, ya que la gran mayoría de peruanos no leerá sus planes de gobierno, debe promover el llamado “voto informado”. Lo del domingo ha sido un desastre, una oportunidad perdida.

El Perú ha venido creciendo en los últimos 15 años. Los últimos tres gobiernos, unos más que otros, han logrado que el Perú genere riqueza, atraiga inversión y se generen empleos y, por lo tanto, que la pobreza disminuya.

Se acerca el día. Nos quedan solo 19 días para las elecciones y el ambiente político sigue completamente enrarecido y confuso. Un proceso electoral donde el Jurado Nacional de Elecciones ha sido el actor principal, en lugar de que lo sean los candidatos y sus propuestas.

Las encuestas de opinión pública muestran como los principales problemas del país a la inseguridad ciudadana y la corrupción, ya no al desempleo, como décadas atrás. Pero hay un grave problema que casi no aparece en las encuestas y que los candidatos tratan de solucionar: la informalidad.

En el año 2015 las exportaciones peruanas cayeron 13.8%, agravando el retroceso que se tuvo en el 2014, que fue de -11%. Estas disminuciones se explican básicamente por la caída de nuestras exportaciones de minerales, pero la particularidad del año pasado es que nuestras exportaciones no tradicionales, que año a año venían creciendo a pesar de las crisis, cayeron por primera vez el 2015 un 7.5%.

Para llegar al sillón presidencial, los candidatos buscan actuar con suma prudencia, ya que cualquier cosa que digan puede ser utilizada en su contra. Optan muchas veces por hacer propuestas poco controversiales, líricas, o adoptar posiciones estudiadamente controversiales que les den gusto a las “grandes mayorías”.

Descubierto el gas en 1984, el proyecto de Camisea demoró 20 años en hacerse realidad. Por falta de decisión política, por una severa oposición de dirigentes de izquierda, el Perú perdió 20 años en obtener los beneficios que el gas hoy nos ofrece.

Nadie parece recordar que en la primera vuelta de las próximas elecciones hay una tercera cédula de votación. Conocemos la que definirá quién será presidente y la segunda para elegir congresistas. Pero hay una tercera: la elección de los 5 parlamentarios andinos.

El tema principal de una campaña política en nuestro país, pienso, debe ser explicar el camino que tiene el candidato para eliminar la pobreza. Entrar a detalle, explicar su diagnóstico y plantear soluciones concretas y viables. Tema muy amplio que incluye educación, salud, agua y saneamiento, empleo y otros. Pero hoy el tema más preocupante para los electores, según las encuestas, es la inseguridad ciudadana.

Empezó la carrera al poder con 19 candidatos en el partidor. Todos ellos han inscrito ya sus planchas y han presentado sus planes de gobierno para que los ciudadanos podamos tomar decisiones informadas.

Si bien está pasando algo desapercibido, este 2016 el Perú es sede del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Ya lo fuimos exitosamente en el 2008. La importancia de este foro es que reúne a 21 economías que en la actualidad representan el 57% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial, un mercado de 2,800 millones de personas y que mueve el 48% del comercio mundial.

Las exportaciones en el 2015 habrán caído en un 15% respecto del 2014. Gran parte de esta disminución se explica por la caída de los precios internacionales de los minerales que exportamos, pero no todo se explica así. Años anteriores, cuando los precios ya venían bajando, nuestras exportaciones no tradicionales seguían creciendo. En el 2015, estas exportaciones habrán caído aproximadamente 8% y esto es preocupante.

Hace pocos días terminó en Nairobi la décima reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que ofrece como resultado la eliminación de subsidios a la exportación de productos agrícolas. Un pedido que los países en desarrollo venían realizando desde hace mucho tiempo.

El Perú es uno de los países más informales del mundo. Aproximadamente el 75% de los trabajadores en el Perú (PEA) lo hace fuera del marco legal. La iniciativa, el espíritu emprendedor de los peruanos, genera este ímpetu de incursionar en actividades económicas, en nuevos proyectos, pero rápidamente se encuentran frente a una gran muralla: el Estado. Para la mayoría de iniciativas, los beneficios de ser informal superan ampliamente a los de la formalidad y, por ello, buscan operar eludiendo el control del Estado. Se han intentado varios regímenes especiales para incentivar a las empresas a participar dentro del marco legal, pero nada ha funcionado de manera eficaz. Seamos claros, la informalidad no se resolverá de manera inmediata.

El primer anuncio de los resultados de las elecciones en Venezuela fue de 99 escaños para la oposición y 46 para el oficialismo, faltando todavía por definir 22 de los 167 escaños que hay en total.

Este domingo 6 de diciembre se llevarán a cabo las elecciones parlamentarias en Venezuela. En un sistema unicameral de 167 diputados, según últimas encuestas confiables, la oposición podría conseguir poco más de 111 escaños, alcanzando más de los dos tercios que le darían mayoría calificada y, así, poder iniciar el camino al gran cambio que Venezuela necesita. Claro, siempre que el oficialismo lo permita.

Mauricio Macri ganó, luego de 12 años de socialismo kirchneriano. Bien por este gran país. Sin embargo, lo que encuentra no será nada fácil de resolver y el mandato recibido no es tan contundente como el que necesita.

El Perú ha logrado mantener en los últimos años índices de crecimiento económico interesantes. Gracias a ello, la pobreza ha venido reduciéndose, en algunos gobiernos más que en otros, pero reduciéndose al fin. ¿Cómo acelerar esa reducción? ¿Cómo lograr que el crecimiento lleve a un ciudadano a salir definitivamente de la pobreza sin riesgos de que regrese a ella? El gobierno del presidente Humala decidió que la mejor forma era haciendo transferencias directas a los más vulnerables, pero eso no es sostenible en el tiempo si no es acompañado de crecimiento económico (inversión) y de un sistema que permita salir a los beneficiados de los programas sociales e incorporarse a la generación de producción. El próximo gobierno tiene que hacer reformas, en distintos sectores. Solo eso hará posible reducir la pobreza, basándose en mayor producción. Para ello necesitaremos un Ejecutivo políticamente fuerte y decidido a realizarlas, y un Congreso dispuesto a trabajar con el Ejecutivo. Cambiar de nombre de presidentes a gobernadores no es una reforma de nuestro sistema de regionalización. Subir los límites de aportes a los partidos políticos no es una reforma del sistema electoral. Y, así, las grandes reformas necesitan decisión política, ciertos niveles de consenso y comunicación con los ciudadanos. ¿Reformas institucionales en el sector público, en el Poder Judicial, en educación y salud, entre otras, serán posibles de hacer durante la próxima administración? Una reforma es un cambio radical de sistema, y eso es difícil de realizar, pero es urgente para dar el gran salto. No queremos a alguien que se dedique a administrar lo que hay y vaya maquillando las dificultades. Hay que tomar grandes decisiones y eso es difícil. Pero la historia no se escribe haciendo solo lo fácil.

Todos los empresarios, tanto formales como informales, coinciden en que la legislación laboral peruana es muy rígida. Los primeros lo piensan demasiado antes de contratar formalmente a un nuevo empleado, les resulta demasiado oneroso. Los segundos, que operan fuera del marco legal, coinciden en ello y por eso contratan informalmente (flexibilidad laboral total). La consecuencia es que en el Perú más del 75% de los trabajadores son informales.

En los últimos días, se interpeló al ministro de Justicia por intentar callar a una procuradora, la que investiga a la primera dama, precisamente. Se le aplicó una ley que a ningún procurador se le había aplicado antes: la que exige pedir permiso a sus superiores para declarar a la prensa.

En 1969, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú firmaron el Acuerdo de Cartagena (Pacto Andino). En 1973 se incorpora Venezuela. En lo económico, enfocados en la setentera visión de sustituir importaciones, manteniendo aranceles altos, tratando en lo posible de excluir el comercio con el resto del mundo.

eduardoferreyros@gmail.com

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Petroperú transporta, refina, distribuye y comercializa combustibles. No explora ni explota. PerúPetro promociona, negocia, suscribe y supervisa contratos para la exploración y explotación de hidrocarburos. Así los roles. PerúPetro, sabiendo que vencía el contrato con Pluspetrol, convoca, mal y tarde, a licitación para conseguir un nuevo operador del Lote 192, pero no hubo postor alguno que estuviese interesado. Entonces, para no paralizar la extracción de petróleo, con el tiempo encima, firman un contrato por dos años con la empresa Pacific. Solo por dos años, como para darse tiempo y arreglar el desmadre.

En el Perú, los supermercados botan, destruyen e incineran más de 300 millones de soles de alimentos al año. Alimentos aptos para el consumo humano, pero que no pueden ser comercializados, ya sea porque se aproximan sus fechas de vencimiento o porque tienen problemas o defectos en el envase. Al mismo tiempo, de 2013 a 2014, la anemia infantil en el Perú aumentó de 34% a 35.5%. Así como lo leen: aumentó en lugar de disminuir. Según la FAO, 2.3 millones de peruanos sufren de subalimentación, 7 millones viven bajo la línea de pobreza y 500,000 niños sufren de desnutrición crónica.

Nuevamente, el Código Penal, en el artículo 200, señala lo siguiente: “El que mediante violencia o amenaza toma locales, obstaculiza vías de comunicación o impide el libre tránsito de la ciudadanía o perturba el normal funcionamiento de los servicios públicos o la ejecución de obras legalmente autorizadas, con el objeto de obtener de las autoridades cualquier beneficio o ventaja económica indebida u otra ventaja de cualquier otra índole, será sancionado con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez años”.

En lo que va de este año, solo se han adjudicado diez proyectos por un equivalente de S/.50 millones bajo el sistema de obras por impuestos. Muy poco. Esta potente herramienta para ejecutar obras públicas con la participación del sector privado no está siendo utilizada como corresponde, debido a que las nuevas autoridades, que iniciaron su gestión el presente año, tienen que pasar por un periodo de aprendizaje que pareciera estar tomando más tiempo de lo esperado.

El mensaje del presidente Humala ante el Congreso el 28 de julio pasado, el último discurso de su gestión, ha sido objeto de muchas críticas. Y con razón. Fue un discurso no muy bien leído y sin entusiasmo, donde hizo un repaso de lo que entendía como logros de su gobierno, básicamente, en programas sociales y su gran bandera política: la inclusión social.

Al inicio del actual gobierno, el presidente de la República, Ollanta Humala, ofreció él mismo presidir el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Política de Lucha contra la Criminalidad. Él se ponía al frente de esta instancia que, coordinando con los distintos sectores, enfrentaría de manera efectiva la criminalidad en el país.

Este 28 de julio, el presidente Ollanta Humala dará su último discurso en el Congreso de la República, iniciando así su último año de mandato con un Parlamento probablemente presidido por la oposición. Expondrá, anticipo, una relación de logros relativos en algunos sectores y culpará a la oposición de no haber podido alcanzar objetivos mayores.

Cuando el presidente viaja oficialmente al extranjero tiene el deber de presentar lo mejor de nuestro país. La diplomacia presidencial es sumamente efectiva cuando es bien ejercida. La atención de la prensa internacional está en todo movimiento, en toda declaración; sigue todos los pasos y detalles, incluso aquellos relativamente frívolos, como los vinculados con el protocolo y la etiqueta. Suele haber reuniones bilaterales privadas y conferencias de prensa conjuntas. Se organizan eventos con el sector empresarial para captar potenciales inversionistas y promover alianzas estratégicas. Se expone lo mejor de nuestra oferta exportable y al país como un gran destino turístico. Todo bien.

¿Debe ser aceptado el borrador para un acuerdo de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, presentado el 25 de junio y que está formado por dos partes, resumidas en una sola propuesta? El primer documento lleva por título “Reformas para completar del actual programa y más allá” y el segundo “Análisis preliminar de sostenibilidad de la deuda”.

En los primeros cuatro meses del año, las exportaciones peruanas fueron de 10,022 millones de dólares, 19.8% menos frente al mismo periodo del 2014. Si dividimos esta disminución de nuestras ventas al exterior, vemos que las exportaciones tradicionales caen 24.8% y las no tradicionales 8%.

El Perú, a partir de los noventa, inicia un proceso de liberalización de la economía, eliminando protecciones arancelarias y no arancelarias, facilitando el comercio, y así, integrándonos al mundo. Esta política buscaba generar competencia y lograr que nuestras empresas, acostumbradas a vivir de la protección del Estado, fueran más competitivas y ofrecieran al mercado productos de mejor calidad y precio. Esta política se profundiza con los tratados de libre comercio promovidos a partir del 2000.

Después de más de 50 días de revueltas en Arequipa, de ver a una turba con la cara escondida en trapos lanzar huaracazos a la Policía, de ver cómo se bloqueaban carreteras impunemente, de ver cómo destrozaban la propiedad privada y pública, después de muertos y heridos, el presidente salió a dar su mensaje a la nación para fijar posición y apaciguar a una turba que ya controlaba la situación. Salió el presidente frente a cámaras, sin convicción ni liderazgo, atemorizado, a “mal leer” unas palabras que nos dejaron con una sensación de estar indefensos. Poco le faltó para terminar implorando: “Que Dios nos ayude”.

Si alguna política pública se ha convertido en política de Estado en nuestro país, esa es la comercial. Iniciada en los 90, a través de los distintos gobiernos, el Perú ha ido abriendo mercados para nuestros productos de exportación no tradicional y reduciendo aranceles a la importación, ya sea por los TLC o unilateralmente, con lo cual se promueve mayor competitividad y eficiencia a nuestra producción, y se beneficia a los consumidores con precios más baratos.

En 2008, en Lima, Perú, Estados Unidos y Australia anunciaron el inicio de negociaciones para un gran acuerdo comercial: el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés). Hoy, casi siete años después, el acuerdo con 12 países del Asia-Pacífico, las economías más dinámicas del mundo, está por culminar. Este bloque comercial representa un mercado de 804 millones de personas, con un PBI per cápita promedio de 32,800 dólares y que acumula el 37% de la producción mundial.